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El cuidado de las mascotas que envejecen

Su mascota ya no es la misma que era durante sus años de juventud. Comienzan los “achaques” y la necesidad de un cuidado diferente. Le mostramos cómo hacer frente a este proceso.


¡Cómo ha cambiado su mascota con el correr del tiempo! Antes, su mayor diversión
era correr a buscar una pelotita, pero ahora la es echarse a dormir en el sol,
durante largas horas.

 Muy probablemente su otrora inquieto animal doméstico, actualmente prefiera
moverse únicamente para dirigirse a comer, beber, echarse al sol durante las
tardes, o tirarse en una cama de su cuarto durante las noches. Sin embargo,
ellos todavía necesitan de un buen ejercicio para mantenerse en buen estado
físico. De hecho, las principales diferencias que deberían existir entre una
mascota joven y una adulta, son la velocidad que éstas pueden desarrollar, así
como la cantidad de ejercicio que necesitan, pero no la parálisis en sí misma.

 Por lo tanto, el animal debería continuar disfrutando mucho de las caminatas,
siempre y cuando éstas no sean demasiado largas y veloces. Posiblemente, en vez
de llevar a su perro o gato a realizar una caminata una vez por día, deba
hacerlo durante tres o cuatro veces, cada una de ellas con tiempos y distancias
mucho más reducidas.

 


Por otra parte, a medida que envejece, sus músculos son menos capaces de
responder a sus órdenes, por lo que su incontinencia puede ser cada vez más
frecuente, a veces sin que ellos se den cuenta. Por lo tanto, debería asegurarse
de que pueda salir afuera más a menudo, dos o tres veces por día. En el caso de
que hagan sus necesidades dentro de su casa, regáñelos, pero asegúrese siempre
de darles también la posibilidad de que tengan un lugar cercano a donde ir
rápidamente cuando necesiten hacer sus necesidades.

 Trate de asegurarse de que el acolchado de la cama del animal sea bien mullida,
y libre de elementos duros y molestos, para que puedan dormir mejor: tenga en
cuenta que sus huesos son mucho más débiles y sensibles, y resisten menos las
superficies duras o con obstáculos.

 


Cuando alimente a su perro o gato adulto, no deje de vigilar su peso. Un peso
excesivo en un perro grande, puede ser demasiado peligroso y molesto para éste
animal. También debería asegurarse de que todavía puedan ingerir, sin
dificultades, la misma cantidad y calidad de alimento que le estaba dando, ya
que, tanto su metabolismo como dientes, pueden no estar al ciento por ciento, y
necesitar una comida más sana y/o tierna. Consulte a su veterinario para saber
cual es la mejor dieta que le puede suministrar a su mascota de edad.

 En
el momento en que el animal esté durmiendo, tenga cuidado de que estén enterados
que usted se encuentra en el cuarto, y de no despertarlos bruscamente. Esto es
así por el hecho de que, como el animal puede tener un débil sentido auditivo o
visual, será más propenso a reaccionar instintivamente de forma más agresiva,
sin identificar que la persona a la que ataca es su propio dueño. Por lo tanto,
comience a despertarlo llamándolo por su nombre, hablándole, o acariciándole.

 Los animales más adultos no siempre tienen la misma paciencia que sus pares más
jóvenes, por lo que es necesario tener un mayor cuidado con los chicos que se
encuentran cerca suyo. Si bien la mayoría de los animales no lastimarán a los
más chicos, algunos de ellos pueden impacientarse más rápidamente frente al
cargoseo de los niños, o si estos juegan de forma demasiado ruda.

 En
todo caso, siempre tenga presente que su veterinario será su mejor fuente de
asesoramiento para ayudar a su animal doméstico que envejece. Los últimos años
de su mascota no tienen por que ser muy difíciles de llevar, y, sí se le presta
la atención adecuada, la vida de ellos podrá también extenderse por más tiempo.