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Cómo mantener interesada a una mujer

Consejos para mantener la atención de una mujer durante toda una noche

Muchas hombres creen equivocadamente que el aspecto más difícil del flirteo es
el abordaje o acercamiento inicial. Y si bien es cierto que uno puede sudar y
tener miedo al momento de acercarse a una mujer y decir “hola”, el factor
decisivo será la interacción que sigue.


La importancia de una primera impresión no puede ser menoscabada, y si quieres
anotarte una victoria, no sólo deberás conseguir ganar su atención, sino que
deberás encontrar la forma de mantenerla.


Lo creas o no, es aquí donde la mayoría de los encuentros terminan mal para los
hombres. A esta altura, ya has pasado con éxito la prueba
del contacto ocular y el
lenguaje corporal, y has recibido una inyección de
confianza por parte de algunas sonrisas alentadoras, y te dispones finalmente a
embarcarte en la conversación decisiva.

Pocos minutos después, ella te agradece
por el trago y se pierde entre la multitud. Pero, ¿qué sucedió? Se suponía que
esto no debía pasar. Pues bien, no debe pasar.


A continuación, aprende a retener la atención de una mujer:


Busca un sitio donde platicar


Es imposible establecer una conexión cuando debes gritar a su oído para hacerte
escuchar sobre la música o cuando debes luchar contra un mar de hombros y
cabezas embravecido por ritmos populares.

Si has conseguido ganar su interés con
éxito, toma la iniciativa y condúcela a un lugar donde los dos puedan hablar con
mayor comodidad. Asegúrate de establecer un buen clima en primer lugar.

Una
mujer estará de acuerdo con buscar un sitio más tranquilo si realmente quiere
saber algo más de ti.


Debemos entender que es indispensable arrastrar a la mujer fuera ámbitos
tumultuosos y ruidosos, que no hacen más que atentar contra la buena
conversación.

Al mismo tiempo, esto denotará que te interesa
algo más que su
cuerpo, que disfrutarías conversando con ella, y que
respetas y aprecias un buen intercambio de palabras.

Y su las cosas van bien
durante esta “fase de separación”, será mucho más sencillo llegar al siguiente
paso.


Mantén el contacto ocular


Si les preguntas a las mujeres, ellas te dirán que la ausencia de contacto
ocular se ha convertido en un serio problema estos días. Puede que esto se deba
a la era electrónica, en la que todos, incluso los adultos, únicamente podemos
mirar hacia el suelo y hablar entre dientes.

Ciertamente, los mensajes de texto
no ayudan mucho a nuestras aptitudes comunicativas. En cualquier caso, una vez
que juntas el valor necesario para hablarle a ese exquisito bombón que se roba
todos los aplausos en la pista de baile, lo mejor que puedes hacer es mirar a
sus ojos al momento de comenzar tu plática.


Desde luego, no es necesario que te mantengas mirándola a los
ojos un minuto
seguido (hay una fina línea entre estar atento y ser un maníaco), pero siempre
asegúrate echar un vistazo a sus ojos en forma seguida.

Parece ser que las
mujeres no tienen este problema, pero no nos olvidemos que el contacto ocular
tiene mucho que ver con la confianza, y es raro que una mujer pueda resistir una
buena mirada a los ojos. Admítanlo, señoritas.


Formula preguntas


Se recomienda a los entrevistadores nunca formular preguntas que requieran un
“sí” o un “no” como respuesta. Por el contrario, lo que se intenta es obtener
las respuestas más detalladas posibles.

No es muy distinto a cuando hablas por
primera vez a una mujer, momento en el que es esencial
ponerla a hablar e involucrarla
en la conversación.

En consecuencia, en
lugar de hacer preguntas típicas como “¿La estás pasando bien?” (a lo que ella
podría responder con un simple “no”) y “¿Puedo invitarte un trago?” (no se
requiere mucha imaginación en este caso), sé original a la hora de sostener la
atención de una mujer.


Pregúntale lo que piensa acerca de determinadas cosas. Una vez que conozcas su
empleo, formula una pregunta específica (con un poco de suerte, algo
inteligente) sobre su profesión.

Si lo haces en forma correcta, ella pronto
estará hablando más que tú, y es esto justamente lo que queremos lograr.

La
mayoría de las veces, el lo que la mujer quiere también, si bien puede que diga
lo contrario. Tu objetivo es convertirte en un receptor sensible y respetuoso;
un escuchador.


Concéntrate en un tema de su elección


Los hombres siempre se sienten más a gusto hablando sobre aquellos temas que
ellos mismo imponen.

Esto ocurre tan a menudo que, por lo general, las mujeres
se quedan asintiendo con sus cabezas, jugando con el sorbete del trago, y
buscando disimuladamente en el lugar otra persona con quien poder entablar una
verdadera conversación.


Después de las primeras sutilezas, intenta llevar la conversación hacia un tema
que ella haya sugerido.

Algo tiene que haber mencionado. Si ella habló de eso,
¿cómo podría aburrirse?

En cualquier caso, ten en mente que sólo los veteranos
experimentados deben recurrir a esta técnica en todo momento.

Para los novatos,
es mucho más sencillo tener algo preparado, y no quedarte siempre a la
expectativa de lo que pueda pasar.


No obstante, si tienes éxito al utilizar esta técnica, te sentirás muy a gusto
inmediatamente y lograrás anotarte grandes puntos al permitirle tomar las
riendas de la conversación.


Usa cumplidos y observaciones


Generalmente, los hombres tienen algún plan de
juego a la hora de hablar por
primera vez con una mujer atractiva. Lo han ensayado cientos de veces en sus
cabezas y si se alejan de este plan, corren el riesgo de convertirse en babosas balbuceantes.

No obstante, la clave para aceitar una conversación es la fluidez
que surge de la espontaneidad, que son los elementos humanos comunes que surgen
cuando dos personas disfrutan de la mutua compañía y no confían en los planes
preestablecidos.


En consecuencia, cuando vayas por ahí, deja tu marca prestando y demostrando
atención. Si ella te gasta una broma que te parece particularmente graciosa o si
comparte tus gustos en cuanto al cine, haz un esfuerzo por construir mayor
compatibilidad.

“Sabes…, no mucha gente puede hacer un chiste como ése” o
“¡Cómo me gusta reírme!”, o tal vez “¡Qué fácil es hablar contigo!”


Los cumplidos sobre la apariencia física pueden resultar un tanto desubicados en
un primer momento. Busca algo más profundo, que asimismo tendrá un efecto mucho
mayor. Observa, más allá del cascarón, y hazle un buen cumplido.

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