Con
bastante asiduidad solemos escuchar de boca de escritores, editores, padres de
familia, educadores, bibliotecarios y un etcétera que puede llegar a la estación
Mir, la falta de interés  "hoy en día", o "de los jóvenes
de hoy", por el placer de la lectura.

La televisión – o tontizador, como
prefieren llamarla muchos – carga con la culpabilidad rotunda de este hecho,
similar a la que tuvieron los Beatles, los cantantes de baladas tipo Sandro
o Roberto Carlos  o la moda del pelo largo y los pantalones botas de
campana en la década del 60-70 y parte del 80.

Sin
embargo, causa asombro el que al intentar ahondar en el porqué de tan
concluyente afirmación, pocos puedan explicar con datos o cifras concretas sus
aparentes certezas.

Pero
lo más intrigante es que mes a mes, año a año, los escritores se multiplican,
las editoriales surgen como por debajo de las piedras, los libros nuevos brotan
por cientos de miles en el mundo, las revistas, los magazines, los periódicos
parece que no tuvieran límite y uno se pregunta:

¿Y
tanto filántropo de dónde? Porque estoy seguro – y me parece que Usted también
– que detrás de cada periódico, de cada revista, de cada magazín hay un
hombre robusto mirando por encima de sus lentes mientras cuenta los billetes con
sus manos escondidas por debajo de la mesa.

Admitamos
que existen editores de "bajo perfil", con escritores no tan famosos
que por allí  arriesgan en cada nueva obra el patrimonio familiar, pero no
creo  que este sea el caso de las multinacionales editoriales tipo
Bertlessmann, Hachette o Planeta.

Entonces, ¿quiénes leen y qué? ¿Existen lectores….o no?

Lo cierto es que sí. Sí hay lectores. No por miles, sino por millones, y no sólo
en todo el mundo, sino allí mismo, en su país o región.

Lo que sucede es que los
escritores
digamos incipientes y los pequeños
editores, queremos publicar al estilo de Random House, o Alfaguara, o Planeta,
con una diferencia así de pequeñita: Que ellos tienen cómo llegar
en minutos a regiones lejanísimas, a hacer lanzamientos en 10 países en solo
una semana con el escritor viajando en primera clase y dando conferencias,
charlas, coloquios, entrevistas en la radio, la televisión y la prensa, en
cada sitio.

Mientras que ese escritor que publicó su propia obra si acaso le alcanza para
llegar a donde el amigo para ofrecerle su libro  que, entre otras cosas, éste
casi siempre se lo pida regalado, y lo peor, autografiado. Y el
pequeño editor…… mejor no sigamos con historias que nos provocan lágrimas.

¿Cuestión de presupuesto o de promoción y canales de comercialización?
NO. O si, pero un poquito…

Porque sucede que esas grandes casas editoriales publican para un público
digamos cautivo ( por no decir de elite, de intelectualidad pura). Y  nos
han ido dejando un mercado de lectores inmenso, miles de veces más grande que
el que ellas tienen atrapado. ¿Y sabe quienes los están capturando en el día
a día? Los periódicos sensacionalistas, las revistas de farándula, los
magazines ligh….

Me estoy refiriendo a los neolectores y los analfabetas funcionales, que pueden
alcanzar en nuestros países hasta la astronómica cifra del 50%.¿Mentira?
Escuche esto: En España , donde está la SEGUNDA INDUSTRIA
EDITORIAL MAS GRANDE DEL MUNDO, 42 de cada 100 españoles NO ha leído NUNCA un
libro. O sea casi el 50%. Y sólo uno de cada cinco lo hace todos los días.
Pero pregúntele a alguno si no ha leído una revista del corazón tipo
"HOLA!", que allí se dan silvestres…..

¿Significa esto que estamos proponiendo el que los escritores escriban cosas
ligeras, sin ningún valor literario o de contenido? No. Estamos invitando a
analizar ésta reflexión que lanzó Mario Vargas Llosa hace muchos años:
"¿Qué mecanismos, qué artilugios utilizan escritores tipo Estefanía o
Corín Tellado para amarrar tan efusivamente a un lector tipo celador o guarda o
a la muchacha del servicio ?

O no, no vayamos tan lejos, ¿cómo logramos que
nos lea el contabilista de la empresa o el supervisor de producción de la fábrica
de enfrente? ¿Qué técnicas utilizan los cómic o tiras cómicas para que se
lean tanto?"

Porque no hablemos del tema…. ("Crimen y Castigo"
en manos de un escritor mediocre es una simple crónica policial, pero en manos
de Dostoievski…… Y "Crónica de una muerte anunciada" o "El
amor en los Tiempos del cólera" bien podrían ser una telebobela)

Entonces, ¿por donde debemos agarrar a ese lector esquivo, amante añorado que
se nos va por tan impropios recovecos?

SI
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