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No hay fracaso que por bien no venga

Hay tanto para aprender del fracaso, si solo nos diéramos la oportunidad…

Utilizándolo con sabiduría, todo fracaso sirve para ahorrar tiempo y energías. De modo que aprovéchelo, es un adelanto, un motivo de aprendizaje digno de agradecimiento. 

No lo tome como algo malo ni serio. Evite tomarlo a la tremenda porque usted querrá muchos “fracasos” en su camino al éxito donde hay mucho de ensayo y error y también, de flexibilidad personal. Disfrute en el camino cualquiera sea este camino.

Evalúe la historia con objetividad, libérese de la cuadriculada manera de pensar que generalmente acompaña a la experiencia de fracaso. Encontrará en el fracaso una experiencia que siempre sirve.

Encontrará incluso fracasos con los que divertirse.  El fracaso es un privilegio formativo. Permite re-examinar la visión que dio origen a toda la historia. 

Podemos echar una mirada más objetiva a todas las acciones, a las intenciones, al lenguaje, a las ventajas , a los personajes involucrados en la historia.  

Y lo más curioso del caso es que jamás llevaríamos este análisis a un nivel tan profundo y sincero si no fuese “gracias” al fracaso.

No es por obra de la casualidad que Gentian se encuentre en el módulo para superar la incertidumbre.  Esto porque ante el fracaso es indispensable orientar a la mente hacia la certeza en lugar de permitirle que navegue en los peligrosos mares de la incertidumbre.

Si aprende a orientar a su mente, encontrará que ella le traerá datos precisos y útiles para usted. En Aflorarte.com utilizamos la energía de Gentian ante momentos de fracaso de un modo que permite detectar los motivos ocultos tras la fachada de fracaso y que verdaderamente son los responsables de impedirle a alguien continuar con sus planes y objetivos o descubrir justamente sus planes y objetivos reales en contraste con los que dice tener.

La experiencia de fracaso puede dejar a la persona en estado de vulnerabilidad y altamente influenciable corriendo el riesgo de tomar malas decisiones futuras.

Por eso, al recurrir a las esencias es importante aprender a impactarlas con el lenguaje. En esta práctica se enfocan todos los trabajos de Aflorarte. Las esencias florales contiene energía y así también nuestros pensamientos contienen energía.

El éxito del programa Aflorarte es haber detectado las palabras, los giros idiomáticos, el lenguaje del cuerpo que entran en resonancia con un estado energético determinado.  El lenguaje nos permite “movernos” en una misma experiencia, adoptar diferentes perspectivas.

El lenguaje nos permite también de alguna manera tomar de prestado roles y creencias.  Estos recursos no son para desestimar. Generan cambios increíbles que solo pueden reconocerse una vez experimentados.

Luego cuando uno consigue verse a si mismo desde una perspectiva diferente y novedosa y comienza a experimentar de primera mano la maravillosa sensación que aparece cuando ingresa una perspectiva útil un mundo nuevo parece abrirse con ideas, recuerdos, esperanzas no previstas. 

La energía del lenguaje acoplada con acierto a la energía de la flor forman un matrimonio magnífico, una barrera saludable contra todo entorno que pueda estar influenciando negativamente.

Muchas veces familiares y amigos no comprenden los tiempos internos personales para elaborar una experiencia de fracaso de un modo que sea provechoso y aún cuando no se lo propongan se convierten en las primeras barreras contra el progreso.

Finalmente, a la hora de lidiar con las energías actuantes en la experiencia de fracaso, es de crucial importancia saber aprovechar el impulso de Gentian en su totalidad.

Un poco como tomarlo como remedio y vacuna simultáneamente. Uno debe estar inmunizado a algunos aspectos de la experiencia. Utilizar Gentian en su totalidad garantiza un éxito duradero  e instala una actitud positivista.

Esto debe tenerse en cuenta especialmente en aquellos casos tramposos y encubridores de quienes, por ejemplo, consiguen reponerse de un fracaso pero al cabo de un tiempo “algo” que no pueden explicar ni explicarse (y que viene en forma de olvidos o distracciones), los impulsa a cometer de nuevo aquellos fatales errores.  Este “algo” es una negatividad energética abierta todavía.

No es realista aspirar a una vida sin problemas ni fracasos. Como el alimento, el fracaso es parte de la vida y fundamental para el crecimiento,  pero la buena asimilación del fracaso es harina de otro costal. 

No es una cuestión de vida o muerte pero se obtendrá el producto magnífico de un buen manejo de energías,  o el derrumbe emocional resultante de dejar las cuestiones energéticas libradas al azar.

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