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Impotencia y otros problemas sexuales que indican enfermedades más graves

Una disfunción eréctil puede ser el preanuncio de una enfermedad cardíaca y de otras patologías severas…

La evolución de la medicina hace que los abordajes, tratamientos, y —por qué no— las consultas, vayan cambiando con el correr del tiempo. Pues bien, parece que ha llegado el momento de tomar más en serio a las disfunciones sexuales —aún más en serio—.

Dicen los especialistas médicos que los problemas en la cama pueden traducirse en patologías físicas más graves. De hecho, ignorar una disfunción sexual puede hacernos perder la pista de una falla cardiaca, de una incipiente depresión, o de algún otro padecimiento de nuestro cuerpo.

Según un artículo publicado recientemente en The Lancet, “el sexo es una parte legítima de la medicina, si bien por siempre ha sido separado del resto de la misma”.

Los autores del artículo examinaron numerosas bases de datos médicas buscando disfunciones sexuales en combinación con otras enfermedades como fallas cardíacas, diabetes, depresión, esclerosis múltiple, y enfermedad de Parkinson.

El resultado: muchos problemas sexuales fueron identificados como posibles advertencias de otras condiciones médicas subyacentes o inminentes.

Si un hombre se aparece con una disfunción eréctil, ésta puede ser sólo el pico de un iceberg. Cada vez más, los médicos comienzan a interesarse en la vida sexual de sus pacientes, incluyendo en la anamnesis preguntas básicas acerca de con quién tienen sexo, con qué frecuencia, y de los posibles comportamientos riesgosos.

Todos estos datos, están siendo requeridos específicamente por los especialistas, ya que los pacientes no suelen hablar mucho de su vida sexual —y menos cuando están visitando a un médico clínico—.

Patologías más serias

Lo que los pacientes muchas veces no perciben, afirman los especialistas, es que las disfunciones sexuales son, con frecuencia, síntomas de patologías más serias.

Por ejemplo, los hombres con disfunción eréctil, el desorden sexual más común entre los hombres adultos, con frecuencia presentan mayores posibilidades de padecimientos cardíacos.

En un estudio efectuado sobre 132 hombres con cirugía cardíaca, cerca de la mitad mostró tener una historia de disfunción eréctil. Y lo más importante: ese diagnóstico era anterior a la cirugía cardíaca en el 60% de los casos. ¿Un preanuncio?

En las mujeres, la lectura de las pistas sexuales es un poco más trabajosa. De hecho, ellas no tienen señales físicas de disfunciones como los hombres.

No obstante, la falta de deseo sexual puede revelar una depresión subyacente en el 26% de los casos. Juntando esto a otros síntomas, las anormalidades sexuales en las mujeres pueden dar cuenta de problemas hormonales, fallas renales, diabetes, u otras enfermedades crónicas.

Al usar los problemas sexuales como indicadores prematuros de complicaciones médicas, los doctores pueden capitalizar un valioso tiempo para tratar a sus pacientes.

La primera manifestación de una diabetes temprana podría ser una disfunción eréctil. Posiblemente, no sea lo que los hombres quieran escuchar, pero si el asunto es abordado a tiempo, seguramente podrán tratarse con eficacia ambas patologías.

En el caso de la depresión, los pacientes suelen pasar años sin ser tratados. Si los médicos clínicos fueran capaces de efectuar la conexión entre la falta de deseo sexual con condiciones psiquiátricas como depresión o síndrome de estrés post-traumático, los pacientes podrían ser tratados con mayor celeridad y eficacia —dado que la patología, seguramente, estará en una etapa más temprana—.

Aun cuando los problemas sexuales puedan ser un indicador de una salud delicada, sólo la intención de mejorar la función sexual puede persuadir a las personas a llevar vidas más saludables.

De hecho, el sexo puede usarse como un gran propulsor de salud para la población. La gente estará más dispuesta a hacer cambios en su estilo de vida si creen que también tendrán mejor sexo.

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