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No dejes que la furia contra el computador arruine tu día

Una falla generalizada del sistema -el tuyo- podría ser el final de tu computadora. Aprende a evitar la frustración causada por la computadora o gasta miles en hardware

Ciertamente, las computadoras y la tecnología pueden ser un tanto exasperantes, y la furia que puede generar una computadora rebelde puede compararse a la que se siente en un atascamiento de tránsito vehicular, por ejemplo. 

Pero esto de vengarse de objetos inanimados es algo nuevo y sorprendente. Durante las primeras etapas de la computación, un amigo de la facultad quemó unas tarjetas perforadas que estaban plagadas de errores de programación –sus errores-.

Una antigua actividad común en las ferias de campo era romper a martillazos un viejo auto en desuso, para lo que había que pagar, desde luego.

Sin dudas, algo está ocurriendo aquí. Las personas suelen dirigir con menos frecuencia sus represalias a los refrigeradores, a las puertas de las alacenas de la cocina, a los fregaderos, y, en cambio, deciden descargar su ira contra computadoras, teclados, mouses y automóviles. ¿Por qué será que algunos objetos nos provocan impulsos destructivos? 

Kent Norman, profesor de psicología de la Universidad de Maryland, investiga y observa las variaciones del cólera hacia las computadoras. Él ha visto que tanto en el hogar como en el trabajo, las personas rompemos pantallas, golpeamos teclados, arrojamos ratones por las ventanas y pateamos gabinetes.

Lo peor de todo, es que muchas veces enfocamos esta ira generada por las computadoras en otras personas de manera injusta.

En su Website, Kent Norman habla de la “Ira de la Computadora”, e incluye una encuesta que comienza con preguntas generales, para luego centrarse ya en el tema de las conductas agresivas.

Las respuestas a esta compulsa señalan que las mujeres son más frustradas que los hombres en temas relacionados a la computación, que más del 75% de los hombres y las mujeres han maldecido a sus computadoras, y que más del 20% han arrojado un Mouse por la ventana, arrancado teclas del teclado, y rayado o quebrado CD ROMs a causa de la ira.

Norman identifica muchas frustraciones comunes: la computadora colapsa y debe ser reiniciada; esperar a que la computadora haga algo; se produce un fallo en el sistema y, en consecuencia, el trabajo debe rehacerse; dificultades para leer en las pantallas; documentación incomprensible; y menús de ayuda que son de poca ayuda, sólo para nombrar algunas.

Él describe la frustración como una emoción humana natural. En su mayor parte, la conducta de los humanos está orientada a la búsqueda de riquezas, siendo el deseo de todos lograr “algo”. Resolvemos problemas para atravesar las barreras que se interponen entre nosotros y nuestros objetivos.

Sin embargo, los obstáculos, a veces, pueden causar frustración, y cuando esta frustración no puede ser controlada o canalizada, se convierte en ira.

Un punto común en las respuestas de la encuesta es que mientras más esperamos que las computadoras y la tecnología hagan, y mientras más confiables se vuelven a la hora de realizar el trabajo, mayor es nuestra ira y el sentimiento de frustración cuando se experimentan problemas.

Por ejemplo, las versiones anteriores del sistema operativo Windows necesitaban ser reiniciadas constantemente. Dado que Windows XP falla con mucha menor frecuencia, nos sentimos más molestos cuando este confiable sistema operativo colapsa que cuando lo hacían sus versiones previas.

Combatir la ira 

Por otra parte, todos los encuestados parecen estar de acuerdo en que estamos mejor que antes; sobre todo al recordar cómo funcionaban las cosas antes. Hoy en día, más allá de las tareas relacionadas al trabajo, las computadoras se conectan a Internet, y nos permiten acceder a informaciones impensadas. En definitiva, las computadoras nos sirven mucho más hoy que en el pasado.

El profesor Norman sugiere que, en lugar de descargar nuestra frustración con la tecnología y entrar en una espiral de negación tecnológica, deberíamos encontrar otras forma de descargar nuestras angustias, de modo que el hardware no experimente daños irreparables.

Una forma barata y sencilla de combatir la ira de la computadora es comprar uno de esos adminículos de goma en forma de Mouse o computadora, para apretar con las manos y liberar tensiones; aunque, posiblemente, cuando introduzcas este adminículo en el microondas o lo tires por la ventana, te des cuenta de que la técnica no ha funcionado del todo.

Otra alternativa para aliviar esta frustración, según sostiene el especialista, podría ser una computadora de chocolate. Si en poco tiempo notas que vas ganando algunos gramos, será mejor que llames a tus amigos o amigas para que acaben con la deliciosa computadora.

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