Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Duerme corazón

Y otros poemas de amor desterrado

DUERME CORAZON

Mucho en mi vida he caminado

y muy poco he avanzado

¿Cuál fue mi error?, me he
preguntado

y sin respuesta me he quedado

¡Vida!, hermoso don

¿Cómo es que no la he disfrutado

¿Cuál fue mi error? me he
preguntado

que tal deleite no he encontrado

Cuantas veces con ilusión

oh ansioso corazón te he entregado

más tan solo corazones vagabundos

es lo único que he encontrado

¡No, ya no más!, grita la razón

pero que le digo yo a mi corazón

si en su necedad no ha querido
entender

que jamás sabrá lo que es recibir

¡viste! ingrato y terco corazón

¡otra vez! te han vuelto a
embaucar

¿que tengo que hacer para poderte
dominar?

antes que de angustia te lleguen a
matar.

como un desierto desquebrajado

así es como te han dejado

corazón mío que solo amor a
buscado

pero que solo dolor y olvido ha
encontrado

duerme corazón adolorido

no esperes más lo que nunca
llegará

no expongas nunca más tu triste
sentir

por mi bien quédate quieto y
duerme corazón

Por Mayra Barahona

Des-ti-erros

Vi

mi propia sombra

caminando a través de la lluvia

detrás de calles nocturnas

reconstruyendo mundos inútiles

Creí que era alguien

en mi propia sombra

caminé detrás de los cristales

y supe de … esos mundos

que vagan al acecho

de quienes meditan

en la orilla orilla del viento

¡ Nadie me oyó!

y partí junto a mi camino

de trás de caras sin sol…

Por Nerio W. Vergara Olivares.


DE ROMERIA

Estuve en la romería en la
fiesta de tu pueblo,

y te conocí cual eras,
vestida con blanco velo…

Ibas en tu caballo con un nene
de dinero,

y mi corazón palpitó, con la
rapidez del viento.

Quedé prendado de tí, de tu
cara, de tu pelo,

de tu talle de rosal, y de tu
precioso cuerpo…

¡Parecías una sultana, en tu
caballo perchero!

Como pude me acerqué a tí, y
me saqué el sombrero,

e incliné mi cabeza, y te
ofrecí mis desvelos.

¡El pelo se me erizó, al ver
tu gracia y salero!

El nene se ofendió, y se
quitó su chaleco

para pelear por tí, al lado
del arroyuelo…

¡Yo le pedí perdón por
meterme en su terreno,

y me guiñaste un ojo, como
diciendo …¡hasta luego!…

más tarde pude explicarte,
que te amaba sin saberlo

y no quise ofender tu rostro,
delante de los romeros!..

¡Por tu amor hoy soy capaz,
de dar mi sangre y mi cuerpo!.

El nene se puso tonto, y lo
mandé al infierno

a buscar a otra moza, ya que
por esta me muero.

Cuando te tuve cerca, te
presenté mis respetos,

y tú con gran valentía, me dijiste…¡te
quiero!..

¡El abrazo que nos dimos,
terminó con nuestros sueños,

y nos marchamos al lago a
conocer los secretos

que guardábamos con cariño,
para explicarlo a los vientos.

¡La menta y la retama, los
lirios y crisantemos

rodeaban tu belleza, y
engalanaban tu cuerpo.

Tú me dijiste…¡Te
quiero!…

y yo te respondí….¡Te
quiero!…,

y entre caricias y besos, nos
prometimos amor

y un cariño verdadero.

Por
Santos Aparicio

Si quieres aprender a escribir, inscríbete
ahora gratis en nuestro Taller
Literario
haciendo clic
aquí
.