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Edad y capacidad mental: ¿cómo reconocer los problemas?

Dicen que la edad trae la sabiduría, pero ¿acaso también trae pérdida de capacidad mental?

Cuando se llega a cierta
edad los seres humanos pueden ser víctimas de una cierta pérdida de potencia
cerebral. Algunas personas, pasados los 50 o 60 años, comienzan a tener ciertos
problemas como pérdida de la memoria, dificultad para realizar ciertas
actividades con normalidad o como antes solían hacerlo, etc.
 

Igualmente no se puede hacer
una generalización sobre qué le sucede a las energías mentales cuando uno
envejece, eso dependerá de cada persona. Algunas capacidades declinan, pero
otras pueden llegar a no cambiar y otras hasta pueden mejorar realmente:



Memoria


En el caso de la memoria, los resultados de los estudios disponibles coinciden
en que a medida que se va llegando a una cierta edad (a partir de los cincuenta
años), comienza una declinación gradual de la memoria.


La memoria se divide en dos tipos: la memoria inmediata y la memoria de largo
plazo.


La memoria inmediata se mide generalmente en minutos (es la que está en juego
cuando uno necesita anotar un número de teléfono porque al minuto de que se lo
dijeran ya ni lo recuerda).


La memoria de largo plazo se mide en minutos u horas (es la que está en juego,
por ejemplo, al no recordar lo que tenía en la lista de compras que se olvidó en
la cocina de su casa).


En la mayoría de la gente
mayor se nota la declinación de ambas memorias. Mucha gente de 60 o 70 años
puede comenzar a creer que padece de Mal de Alzheimer, pero los problemas de
memoria no implican que sí o sí usted desarrollará demencia.


En esos momentos, puede ser que la persona no recuerde algo pero si se le da
alguna pista o un tiempo prudencial se acordará. En cambio, los que padecen de
Mal de Alzheimer son incapaces de recordar la información, incluso dándole
pistas o tiempo. Esto ocurre porque su memoria está totalmente bloqueada, no
tienen nada para recordar.



Inteligencia fluida


Es la capacidad de razonar bajo ciertas circunstancias. Por ejemplo, ¿alguna vez
usted tuvo que manejar hacia algún lugar donde jamás había ido y su única guía
eran los nombres de la calle y las señales de tránsito? Bueno, eso es lo que los
especialistas llaman inteligencia fluida. Y ésta se torna vulnerable con los
efectos de la vejez.



Orientación espacial


Algunas personas
(especialmente las mujeres), al envejecer, encuentran que cada vez es más
difícil orientarse en el espacio y hacer las cosas que implican capacidades
espaciales -como orientarse en un mapa o intentar armar un mueble a través de
instrucciones-.


Capacidad verbal


La capacidad verbal es
estable o a veces aumenta hasta llegar a los 80 años, cuando comienza una
declinación lenta.

En realidad el uso de la
lengua y del vocabulario es una capacidad que crece cuanto más leemos y nos
socializamos. El conocimiento es una estructura que es relativamente estable en
nuestras vidas.

Por eso es que la capacidad
verbal debe ser estable hasta más o menos llegados los 80.


En la mayoría de los estudios realizados no se encontró una declinación
cognitiva significativa antes de los 60 años. Pero a los 80 años es casi
imposible encontrar a alguien a quién le funcione la mente igual que hace 20
años atrás.

Pero esta pérdida lenta
depende de muchos factores, algunas de las cuales se pueden controlar y otras
no.

Por ejemplo si usted se
dedicó durante su vida a realizar ejercicios físicos seguramente tendrá mayor
durabilidad cerebral que alguien que se la pasó mirando televisión toda su vida.

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