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¿Se alimentan bien los adolescentes?

Muchos padres se preocupan cuando ven que sus hijos comen con voracidad, ¿es normal que lo hagan?

Es
frecuente escuchar que los jóvenes
no comen bien, que sólo consumen comida
"chatarra". Como padres, ocupamos nuestro tiempo y energía en
prepararles platos saludables que ellos, ante nuestra decepción, seguramente
rechazarán.

Por otra parte, todos sabemos que la adolescencia es una etapa en la que en
general se goza de buena salud, por lo que podríamos plantearnos si realmente
es necesario insistir con una alimentación más sana para ellos. ¿No estaremos
presionándolos demasiado?

Creo que no, porque todo lo que hagamos para mejorar la calidad de vida de
nuestros adolescentes nunca será suficiente. Por otra parte, hay algunas
razones por las cuales un adolescente debe alimentarse en forma diferente que
los niños o los adultos:

La adolescencia y especialmente la
pubertad, son etapas de un gran crecimiento físico,
con una aceleración en el aumento de la talla y el peso, como no se había
experimentado nunca en la infancia.

Esto trae aparejado una mayor necesidad de
energía, que el joven consigue a través de una mayor ingestión de comida,
generalmente de alto valor calórico. 

El adolescente necesita del aporte de una
cantidad de calorías diarias muy superior a la que requerimos los adultos, lo
que en parte explica la voracidad que muchas veces observamos en su forma de
comer.

También debemos diferenciar aquellos alimentos que van a proveer energía de
aquellos que, además de no brindarles la suficiente, quitan el apetito
impidiendo la correcta alimentación.

Dentro de los de mayor valor energético
encontramos: las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas (en su justa
medida), las vitaminas y los minerales. Una dieta que los incluya en la proporción
adecuada, asegurará la correcta alimentación del adolescente.

En este importante grupo de alimentos, las grasas no deberían sobrepasar el 30
por ciento del total, y la mayor parte de las mismas debería ser de buena
calidad (insaturada).

De esta forma estaremos protegiendo el sistema
cardiovascular al impedir que se eleven los valores de colesterol. Pero
lamentablemente, la comida preferida de los adolescentes (como el fast-food, y
la comida "chatarra") tiene un alto contenido de grasas saturadas, de
la peor calidad.

Dentro de los minerales, será necesario asegurarse una cuota adecuada de
hierro, calcio y zinc, fundamentales para lograr un crecimiento físico sano.
Actualmente existe una amplia variedad de alimentos que contienen las cantidades
necesarias de este tipo de nutrientes.

Otro aspecto importante a considerar es el deporte. Como todos sabemos, la
adolescencia es el período de los grandes esfuerzos físicos, las competencias
deportivas, la exhibición de destrezas, etcétera. Es saludable que el joven
realice actividad física, pero siempre bajo la supervisión necesaria y acompañada
de una dieta adecuada que la fortalezca.

Para el caso de las jóvenes que han comenzado sus períodos menstruales, es
necesario proveer una cuota extra de hierro.


Pero, ¿cuáles son los errores que más frecuentemente cometen los adolescentes
al alimentarse?

En primer lugar, es muy común que salteen comidas, sobre todo el desayuno o la
merienda, lo que trae aparejado algunas consecuencias metabólicas: como la
exagerada secreción de insulina y favorecen el desarrollo de enfermedades como
la obesidad y la diabetes.

Además, el gran consumo de comidas de bajo aporte energético (ya sean
golosinas, snacks, y otros) distrae su apetito para los alimentos energéticos.

Las dietas vegetarianas, muy frecuentes en las adolescentes, no deberían
reducirse al hecho de evitar las carnes rojas, ya que de esta forma se logrará
una desnutrición proteica grave.

Se pueden realizar, pero bajo una
adecuada supervisión nutricional, para compensar con algunos vegetales el déficit
de proteínas de origen animal, hierro y vitaminas esenciales.

Por último, las dietas para adelgazar, si no están correctamente elaboradas,
no sólo no son efectivas sino que además pueden contribuir a la instalación
de trastornos de la conducta alimentaria como anorexia nerviosa o bulimia.

En síntesis, un adolescente no tiene por qué aburrirse o "sufrir"
para alimentarse en forma correcta. Si se proveen en forma equilibrada de esta
mayor cantidad de calorías que necesitan, podrán continuar disfrutando de sus
comidas preferidas, acompañando el crecimiento normal de la edad y además,
alimentándose en forma sana.

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