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Decisiones que nadie quiere tomar.

Hablar de las decisiones que se tomarán en caso de estar cerca de la muerte parece ser un tema tabú. Sin embargo, tocar este tema con nuestros amigos y familiares por anticipado, y estar bien informados sobre las diferentes posibilidades jurídicas que existen al respecto, puede ayudar mucho a seguir viviendo en paz con nosotros mismos.

Durante años, muchos abogados han recomendado firmar documentos y
poderes médicos por si alguna vez uno no pudiese tomar decisiones por su propia
cuenta.

Estos documentos servirían para expresar qué tipo de tratamientos
preferiría, o para que una persona designada por usted tome las decisiones
médicas en casos de extrema gravedad. Fundamentalmente, se hacen para rechazar
algunos tipos de cuidados en tratamientos que alarguen la agonía de una
enfermedad sin solución.

En teoría, esto debería funcionar, pero muchas veces existen
complicaciones jurídicas con las leyes médicas, los abogados del hospital, y el
resto de la familia del paciente terminal. Por ello, es necesario que más allá
de nuestros disgustos por tocar ciertos temas, hablemos francamente con la
persona que hemos nombrado como representante, y abordemos todo tipo de
cuestiones que podrían surgir.

En principio veremos cuales son los propósitos legales de estos
documentos.

Los documentos de Voluntad de Vida tienen relación con los
deseos de asistencia médica en el final de nuestras vidas. Solo se pueden poner
en práctica cuando un paciente es terminal o está en estado inconsciente y no
puede ser curado. Su Voluntad de Vida tiene que ver con los deseos de
obtener distintos tipos de tratamiento médico bajo estas condiciones,
especificando que tipo de cuidados desearía recibir y cuales no.

Se suele
señalar, por ejemplo, si desea la
resucitación cardiaca en el caso de que su
corazón falle y tenga muerte cerebral, y si prefiere ser puesto en un respirador
artificial. O si quiere ser alimentado por suero, a través de un sistema
intravenoso, o mediante los antibióticos que deba ingerir para la cura.

Un Poder de Cuidado Médico faculta a otra persona a tomar
decisiones por usted, en el caso de que se encuentre incapacitado para hacerlo.
Su representante va a interceder cuando usted este inconsciente o en estado
terminal, pero también en otras condiciones.

Por ejemplo, si usted tiene mal de
Alzheimer, su representante podría supervisar e intervenir en su cuidado,
consultando a distintos doctores y eligiendo el tratamiento médico más
favorable. Lo mismo podría sucede si quedase lisiado, y se le dificultasen los
trámites para la elección de tratamiento y cuidados médicos. Mientras sea
mentalmente competente, podrá revocar o cambiar a su representante.

Por que Dos no son mejores que
Uno

El poder de Cuidado Médico es mucho más amplio que el
documento de Voluntad de Vida, pero sí firma ambos podría atarle las
manos a su designado para la toma de decisiones médicas.

Esto podría darse en el
caso de que alguna disposición señalada en su Voluntad de Vida entre en
conflicto con la decisión que toma su representante, que suele ser su pareja o
hijo.

Cuando se presenta un conflicto de este tipo, los directivos del
hospital y sus abogados deben intentar descifrar si para su situación particular
lo mas adecuado es lo que manifestó en su Voluntad de Vida o lo que dice
su familia que usted hubiese preferido.

Un simple si o no que
usted marcó en su Voluntad puede invocar en el futuro una serie de
juicios de valor que implican a sus médicos, sus abogados y su familia. Y todo
esto mientras el tiempo, más valioso que nunca, no para de correr.

¿Qué sucedería si en su Voluntad de Vida usted indica que
no desea ser puesto en un respirador artificial pero su médico le dice a su
representante que usted podría recuperarse solo mediante este tratamiento?

Algunos especialistas en bioética piensan que no se debe seguir
al pie de la letra lo que los pacientes manifestaron en su Voluntad de Vida.
Sostiene que muchos rechazan algunos tipos de tratamiento por la impresión
que les causan, pero que no dudarían en aceptarlos en ciertas situaciones
extremas. Para graficarlo, un ejemplo.

Una mujer de 79 años tiene dificultades para respirar. Es llevada
por su hija al hospital, donde presenta su poder de Cuidado Médico y el
documento de Volunta de Vida de su  madre. Ambos indican claramente que
la mujer, que tiene un cáncer gástrico, no desea ser puesta en un respirador
artificial.

Durante la noche, mientras está internada, la mujer deja de
respirar, por lo que el personal del hospital le pone un respirador artificial
de emergencia. Desde el hospital, señalan que esta medida fue temporal y ayudará
al paciente, quién podría regresar pronto a su casa, por lo que su hija
finalmente asiente.

Lo que los especialistas señalan es que si se hubiera hecho
cumplir la ley, la mujer no hubiera sido puesta en un respirador artificial
hasta tanto los abogados no se pongan de acuerdo si hacerle caso a la hija o al
documento de Voluntad de Vida de la mujer, pero afortunadamente actuaron
con sentido común y le salvaron la vida.

Por otra parte, la mujer había
realizado estos certificados a causa del cáncer que padecía, pero esa
complicación no tuvo nada que ver con su enfermedad.

Cuanto más legal, peor

La mujer tuvo suerte de tener un servicio médico y una hija con
sentido común. Pero otra hubiese sido la historia si todo el mundo se aferraba a
los papeles.

Desafortunadamente, es imposible prever todo lo que ocurrirá en
nuestras vidas. Cuando las personas completan su Voluntad de Vida o dan
instrucciones a sus representantes en el Cuidado Médico, raramente
analizan todas las distintas circunstancias que podrían presentárseles durante
la vida.

Inclusive, a causa del certificado de Voluntad de vida,
muchos hospitales podrán dejar de dar el tratamiento médico adecuado, aunque el
representante lo pida, por temor a futuros juicios en su contra, a causa de
desoír las indicaciones preestablecidas.

Como contrapartida, dependiendo de las
leyes de cada ciudad, otros podrán hacer caso omiso a sus legítimos deseos,
expuestos por su representante y sus documentos, y decidir por sí mismos el
tratamiento adecuado.

¿Y entonces?

Una solución es darle de baja a su Voluntad de Vida y
dejarle las manos libres a su representante para que decida según la coyuntura.


Esto es muy importante para ellos, pues en cualquier dificultad que se presente
entre un hospital y los representantes del paciente estos están en desventaja,
puesto que deben discutir con profesionales mucho mas entrenados y armados para
estas cuestiones, por lo que cuanto mas obstáculos tengan, mas se les complicará
lograr sus metas. Las personas deben hablar cuidadosamente con sus
representantes para darles un criterio de elección según las diferentes
situaciones.

Pero esto debería estar acompañado de una extensa justificación por
escrito de estas decisiones, y una baja del documento de Voluntad de Vida,
para que su designando pueda representarlo tomando las mismas decisiones que el
paciente hubiera tomado si pudiera.

Voluntad de Vida, ¿Sí o no?

Por lo anteriormente expuesto, uno podría pensar que tal vez el
documento de Voluntad de Vida solo trae aparejado problemas y
complicaciones, y que no reviste utilidad.

Si bien es cierto que para nosotros su utilización no es muy
recomendable, debemos decirle que existen casos donde su función es
irremplazable:


1.
Si está completamente seguro de que no desea bajo ningún punto de
vista determinado tratamiento médico.


2.
Sí sus representantes no están disponibles para ser consultados
en el momento, sea por viaje, por falta de localización, por enfermedad o
muerte, o cualquier otra eventualidad que les imposibilitase participar de la
decisión.


3.
Frente a la falta de representantes por las cuestiones
anteriormente señaladas, el único documento que puede designar otros
representantes es su Voluntad de Vida. Debe dejar expresamente aclarado
cual es el representante que tendrá prioridad para tomar las decisiones.


4.
Frente a la posibilidad de que existieran dos tipos de
tratamientos avalados por igual por las distintas autoridades médicas, usted
puede designar que hospital o médico prefiere que lo trate.

Para el caso de que se opte por mantener su Voluntad de Vida,
esta debe funcionar  simplemente como una guía, consultada con su familia, sus
abogados y sus consejeros religiosos, expresándose claramente que su valor no
puede superar al de la decisión tomada por su representante.

La comunicación sigue siendo la clave

Siempre es bueno dejar bien aclarado a su representante sus
deseos de tratamiento en casos determinados. También ayuda hablar de esto con
toda su familia y amigos, para que ayuden a su representante a tomar la decisión
y para que, al mismo tiempo, usted reflexione sobre sus deseos.

En caso de observar que la persona que piensa designar pueda
carecer de fortaleza para tomar determinadas decisiones (o que estas podrían ir
en contra de sus convicciones éticas, morales o religiosas), busque otro
individuo: será mejor para usted y para él.

Y no se olvide de mantener a sus representantes o sus documentos
actualizados de sus decisiones: puede que la ciencia avance en un camino
impensado, que haya cambios jurídicos o que simplemente cambie su manera de
pensar.