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Cómo lograr el respeto de los hijastros

Una de las tareas más complicadas que deben afrontar las familias ensambladas es que lograr que impere el respeto mutuo, y el más difícil de alcanzar suele ser el de los hijos de la pareja. ¿Cómo lograrlo?



Aceptar vivir con una mujer u hombre que no es ni su padre ni su madre es una de
las realidades más tremendas para un niño, adolescente o hijo joven.

“De pronto, ha tenido que separarse de sus padres e irse a vivir con uno de
ellos e ir de visita a casa del otro. Cuando el otro tiene una pareja e hijos la
situación se complica más.

El resentimiento entre los padres, las continuas peleas, el desamor e
indiferencia por parte del hijo que seguramente tomen partido por uno de ellos y
lo culpen de todos los males son algunas de las consecuencias por las que tienen
que atravesar estas nuevas familias modernas
”, comenta la psicóloga y
terapeuta infantil argentina Catalina Ganduglia.


Muchos hijos, cuando ya ha pasado el tiempo y han convivido con su madrastra no
se sienten cómodos porque creen que de ese modo le están fallando a la propia
madre.


“Lo ven como una traición. Entonces, el día de la madre pasa inadvertido, no
agradecen ningún gesto, ni valoran los cuidados. Eso ocasiona mucho dolor e
indignación por parte de la mujer.


El rechazo y más si es injustificado suele generar mucha rabia y en el peor de
los casos resentimiento entra ambas partes”, comenta la profesional.


Consejos prácticos

·
El marido y el padre de ese hijo o hijos es quien debe hacer respetar a su mujer
ante los ojos del niño. “El hombre debe establecer pautas muy claras tanto
para los hijos como para su mujer.

Ambos se deben respeto y deben ser educados y corteses entre ellos. Por esto se
tiene que empezar para poder seguir avanzando en la relación
”, argumenta la
experta.

·
La mujer es quien más tiempo pasa con el hijastro y es “quien debe poder
fijar límites
como si fuera la propia madre. Esto hará que su rol en la casa se
afiance y al menor no le quedará otra opción más que acatar las órdenes aunque
no le guste.

El hijo deberá obedecer si deja juguetes desordenados o ropa por el piso”,
explica Ganduglia.

·
Si los
hijastros
son mayores de edad tienen que colaborar en el hogar. “A
veces da vergüenza por parte de las madrastras dar órdenes porque no son los
hijos propios y se tendrá un rol poco recomendable.

Los jóvenes no aceptan críticas y  rápidamente se ofenden por todo. El padre es
quien debe dejarle en claro que al ser parte de la familia tiene derechos, pero
también obligaciones.

Levantar la mesa, colocarla, cocinar de vez en cuando o ayudar con los
quehaceres de la casa son algunas de las actividades con las que pueden
contribuir. Mucho más si no trabajan ni estudian
”, recomienda la
especialista.

·
No es recomendable tener enfrentamientos ya que el hombre estará siempre en el
medio y puede no gustar las decisiones o comentarios que haga.

“Lo mejor es mantener una postura inteligente. Amablemente hay que saber decir
las cosas, pedirle ayuda y comprensión a los niños y dejarles ver que no se es
una enemiga, sino una integrante más de la familia a la que hay que respetar”
,
comenta la terapeuta.

·
La comunicación y el dialogo son fundamentales para establecer un vinculo.
“En muchas circunstancias esto es muy complejo, sobre todo si los hijos son
adolescentes o ya adultos.

Habrá muchos roces de por medio. En estos casos, lo mejor es limitarse a una
relación de respeto y no inmiscuirse una en la vida del otro.

Nadie puede pedir que sean mejores amigas, pero sí personas educadas y
respetuosas. Solicitarles colaboración en los quehaceres y nada más. Si esto se
logra con cierta facilidad, después la relación puede que fluya de mejor modo
”,
finaliza diciendo la experta