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El punto G masculino

¿Dónde está el punto G masculino? ¿Cómo encontrarlo? Técnicas para estimular el punto G masculino y experimentar los mejores orgasmos de tu vida

El punto G masculino 

Posiblemente te hayas pasado unos cuántos años estudiando y sacando conclusiones acerca del punto G femenino: dónde encontrarlo, cómo estimularlo adecuadamente, y cómo hacer para que una mujer alcance un delicioso orgasmo clitoriano.

No obstante, la mayoría de los hombres no tienen idea de su propio punto G. Y esto aun puede sorprenderte mucho más: la próstata es en el hombre el equivalente al punto G femenino.

Entendemos que, para muchos, la idea de explorar esta área puede ser una especie de tabú, pero si mantienes la mente abierta durante la lectura de todo este artículo, podrías descubrir la forma de experimentar los mejores orgasmos de tu vida.

A continuación, ingresaremos en el fascinante mundo del punto G masculino y descubriremos todo lo que éste puede hacer por tu vida sexual.

Cómo encontrar el punto G masculino

El punto G masculino no es tan difícil de encontrar, aunque sí es necesario tener algo de paciencia.

Recostarte de espaldas es generalmente la posición más cómoda a dicho fin, por lo que sería pertinente que hagas uso de tu cama o tal vez de un sofá grande.

El proceso se facilitará si estás con las piernas elevadas. Puedes recostarte con tus piernas contra la pared o colgando del respaldo del sofá.

Si todavía tienes dificultades para alcanzar el perineo desde esta posición, entonces puedes elevarte un poco poniendo una o dos almohadas bajo tu cola.

Una vez que estés lo más cómodo que puedas estar, comienza a masajear suavemente la zona alrededor de tu ano. La mayoría de los hombres disfrutan a ser acariciados en la zona del perineo, por lo que sería bueno incorporar estos masajes al proceso.

Utiliza la yema de tu dedo índice mientras exploras la zona, y procura hacer movimientos suaves. A medida que te vayas regalando, lubrica tu dedo y déjalo que recorra la superficie de tu ano.

Repite este movimiento en reiteradas ocasiones, cada vez incrementando un poco la presión ejercida. Ahora ya deberías estar listo para iniciar la exploración.

Recuerda que debes continuar haciendo movimientos lentos y suaves, procurando siempre relajar el esfínter en el proceso.

Una vez que hayas entrado en contacto con el punto G masculino, podrás reconocerlo como una pequeña protuberancia, del tamaño de una castaña, situada aproximadamente cinco centímetros hacia dentro.

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