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Reuniones tuppersex, la nueva moda femenina

Las madres se reunían para comprar envases de cocina. Hoy, las mujeres se juntan para adquirir juguetes sexuales y poder hablar de sexo sin que las miren con extrañeza

Tuppersex (o passion parties), para la cartera de la dama…

La idea nació en Estados Unidos. Ser mujer y pisar un “sex shop” no es tarea fácil y que pase inadvertida, pero al existir la demanda, se creó esta modalidad puertas adentro para que aquellas mujeres con intereses sexuales tuvieran un espacio íntimo y privado en donde pudieran compartir necesidades.

Las mujeres hablan con confianza de sus vidas maritales. Estas reuniones producen un efecto liberador que les hace bien y pueden compartir experiencias, aprender y aconsejarse entre todas”, explica Sigourney Halkett, promotora de juguetes sexuales y anfitriona norteamericana, de cuarenta y siete años, especialmente para www.plenitud.com.

Las mujeres pueden adquirir elementos de belleza siempre con una connotación sexual, pero nunca llegando a la grosería o la falta de respeto.

Suelo vender perfumes que despiertan el deseo masculino, jabones, vibradores, sahumerios que predisponen al encuentro y a las chicas les encanta.

También revistas con consejos y videos y dos veces al mes suelo invitar a una persona con experiencia en el tema para que brinde asesoramiento, escuche las dudas o miedos y le otorgue a las reuniones, frescura”, continúa diciendo.

Quienes se inclinan por asistir a estos acontecimientos son las mujeres entre treinta y cinco y cuarenta años.

La gran mayoría de participantes están casadas, o divorciadas y vueltas a casar que ya saben lo que quieren en materia sexual y desean activar nuevamente sus experiencias, no caer en la rutina de la cama y seguir aprendiendo trucos para conquistar una y otra vez a sus maridos y disfrutar ellas”, comenta desde San Francisco, Halkett y no se sorprende cuando se le menciona que esta modalidad se está extendiendo en otras partes del mundo.

En mi experiencia, me animé a tener un consolador recién cuando asistí a la casa de una amiga que comercializaba el producto. Jamás pude entrar en una tienda sexual ni siquiera a mirar porque para la mujer es muy incómodo que la estén observando como un bicho raro”, explica la promotora.

Entre galletas y tazas de té, se exhiben los productos. “Las chicas pueden tocarlos, sentirlos y hasta probarlos y hacer todas las preguntas que deseen.

Todas mis clientas tienen su propio ajuar erótico dependiendo de lo que le gusta practicar a la pareja y en la mayoría de los casos sirve para conocer qué es lo realmente las erotiza a ellas y a sus maridos.

Hasta que dan con los productos con los que se sienten cómodos ambos, son varios meses de práctica y pruebas”, señala.

Reuniones tuppersex y sus beneficios

Más allá del rédito económico de esta venta personalizada a domicilio, el beneficio que indica Halkett tras cinco años de ejercicio es el retorno a la vida sexual de las consumidoras.

En estos años he visto de todo. Amigas que arrastran a otras amigas deprimidas tras una desilusión o divorcio o mujeres casadas al límite de una crisis y que con estas reuniones han encontrado la manera de avivar lo que estaba muriendo.

Nunca he recibido una queja de los maridos ni crítica por parte de las clientas. Al contrario, se les nota en el aspecto las mejoras logradas que más allá de un producto que uno pueda comercializar tiene que ver con la autoestima y la seguridad que van adquiriendo”, indica.

Antecedentes

– El  tupper sex nació hace cinco años en Estados Unidos y ya se extendió a España, Argentina y otros países de Latinoamérica.

  En las reuniones o “passion parties” como las llaman en Norteamérica se exhiben juguetes sexuales, perfumes, productos de higiene personal y lencería.

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