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No seas esclava de una etiqueta

La etiqueta del talle es una de las cuestiones más arbitrarias que debemos enfrentar al comprar ropa. Por ello, la clave para elegir la prenda ideal será no confiar ciegamente en la etiqueta…

Muy
posiblemente, si su cuerpo no es el de una top model, haya tenido más de un
problema para conseguir un talle a su medida, sobre todo cuando se busca ropa más
bien sensual. Lo peor de todo, es que nadie habla de talles extraños, sino,
simplemente, de unos estándar que vayan bien con la mayoría de las mujeres de
mediana edad.

Por
cierto, después de casi doscientos años de industria de ropa de confección,
cualquier podría creer que este negocio, que mueve miles de millones de dólares
al año, habría llegado a desarrollar todo tipo de ofertas, muy especialmente
en cuanto al talle de la mayoría de las mujeres. Desgraciada, y paradójicamente,
esto no es así, lo que puede tornar a las compras como algo verdaderamente muy
estresante si no se sabe como manejarse allí.

En
busca de la ropa apropiada


¿Se
ha dado cuenta que el talle de la ropa que usan los hombres se mide de una forma
diferente que el de las mujeres? En efecto, los hombres tienen talles estándar:
pequeño (S, small), mediano (M, medium), grande (large) y muy grandes (XL,
extra large) tanto para la ropa informal como para las camisas casual,
los suéteres, y los abrigos. Y si estas medidas estándar no les sientan bien,
no se preocupan en andar buscando sigilosamente prendas de vestir a su medida,
sino que, simplemente, suelen encargar, a medida, sus pantalones, camisas, y
sacos.

De
esta forma, en la mayoría de los países, cualquier hombre puede , sin mayores
problemas, encontrar pantalones que le sienten bien, sin importar la marca. Lo
mismo sucede con las camisas de vestir, que se miden por el tamaño de cuello y
la longitud de la manga, y los sacos de vestir, que se miden por el ancho del
hombro y la longitud de la manga.

De
hecho, los únicos hombres que generalmente tienen dificultades con este
sistema, son quienes tienen una altura u obesidad muy extremas, o quienes niegan
sus verdaderas medidas, es decir la clase de hombres que se resisten al paso del
tiempo y piensan que teniendo las mismas medidas tendrán la misma edad.

De
todos modos, este más eficaz sistema se explica por el hecho de qué la ropa
masculina fue la primera en ser fabricada en versión prêt-à-porter o de
vestir en forma masiva, a principios del siglo diecinueve. Sucede que los
hombres siempre han odiado dirigirse a las tienda de ropa, por lo que los
vendedores se dieron cuenta, temprano, de que si facilitaban a sus clientes
entrar y hallar rápidamente lo que necesitaban, sin mucho trabajo, ellos
regresarían nuevamente la próxima vez que lo necesitasen.

Contrastando
con este método de hacer a medida, o al de talles estándar (S, M, L, XL) las
mujeres utilizan tamaños que van en 10-12-14, etc. Aquí, los tamaños estándar
pequeño, medio, y grande parecen estar siempre ausentes, e incluso es difícil
traducirlos a los talles de la ropa para las mujeres, que parecen ser
excesivamente rígidos.

¿Quiénes
fueron, en todo caso, los que inventaron este sistema? Sin dudas, alguien que,
en el fondo, no quería demasiado a las mujeres. Porque para muchas mujeres, el
tamaño de la ropa juega un papel prominente en su autoestima, y esto es
especialmente cierto en nuestra generación, pues para muchas mujeres sus talle
es una parte importante de su autoestima.

Sin
embargo, lo que la mayoría no sabe, es que el mito del talle “perfecto”,
cuando se trata de ropa de confección, es simplemente eso, un mito, pues no
existen tamaños justos, sino sólo aproximaciones.

Por
lo tanto, sería bueno que vaya dejando de lamentarse y de golpear su cabeza
contra la pared, sabiendo que no hay nada malo con su cuerpo cuando el mismo no
entra en un talle que lleva normalmente, pues podría ser la ropa -y no su
cuerpo- la culpable de esta situación.

Acciones concretas

Teniendo
esto en mente, podrá comenzar a considerar algunas ciertas cuestiones la próxima
vez que vaya a comprar ropa:

En
primer lugar, debe saber que no todos los talles tienen la misma medida. La
medida del talle 42 en una marca puede ser 44 en otra. La medida del tamaño
large en una marca puede ser medium en otra. Por lo tanto, si encuentra algo en
una tienda que cree que le podría sentar bien, en vez de fijarse si tiene el
tamaño que usted lleva normalmente, arrímelo a su cuerpo para ver si podría
quedarle grande o pequeño, y lleve además al vestidor el mismo artículo en el
próximo tamaño, mayor o menor, para tener dos tamaños para escoger.

Incluso,
simplemente porque pueda ver que el talle que eligió le cierra, eso no
significa que le queda. Si tiene algo que le queda muy ajustado, como que la
“chupa” cuando se cierra, debería intentar con el próximo tamaño. Deje a
un lado la vanidad y elija la prenda apropiada para su cuerpo, sin importar lo
que dice el número de la etiqueta. Incluso, si usted tiene problemas cuando la
prenda es nueva, una vez que la misma se lave ya será casi imposible de usar.

Rechace
cualquier cosa que no le quede cómoda. Si le dificulta caminar, le comprime
demasiado el busto, o limita su movimiento normal de cualquier manera, olvídelo.
De otro modo, estará malgastando su dinero, pues lo llevará una vez, odiará
la incomodidad, y lo preferirá dejar bien oculto en su armario.

Si
su cuerpo tiene talles diferentes cuando se lo mide arriba o abajo, debería
optar por trajes de vestir en piezas (saco y pollera, por ejemplo). De otro
modo, sólo podrá tener una parte de su cuerpo bien vestida, muy vistosa, y
bien alineada, pero otra que se verá desproporcionada y desaliñada.

Si
tiene en su cuerpo una particularidad que la lleve a vestir talles no estándar,
como podrían ser piernas muy cortas, cintura muy ancha, brazos muy largos, etc.
y encuentra una prenda que le queda bien, no le preste atención a la marca ni
la etiqueta y comience a usarla. Una pequeña infidelidad puede ser una muy
buena manera de ahorrar horas de frustración. Existen mujeres que sólo compran
ciertas prendas de vestir de ciertos talles de ciertos fabricantes. ¿No debería
provocar esto muchos dolores de cabeza? En su lugar, sea abierta y elija sólo
lo que le sienta bien.

No siempre lo que parece…

Una
razón final para comenzar a desterrar de su mente el asunto del talle y la
marca, y optar por la comodidad y bienestar antes que por la etiqueta, es el
hecho de saber que, dado que no existe ningún estándar de talles en la
industria de la moda, no sería nada raro que los fabricantes cambien las
etiquetas de los talles en las prendas de vestir para cumplir con los pedidos
(algo también muy frecuente, por ejemplo, en la industria del calzado).

Sucede
que, si un comercio necesita 500 sacos azules grandes pero el distribuidor tiene
400 de estas prendas, y 100 de las medianas, muy posiblemente elegirá, en estas
últimas 100 prendas, retirar las etiquetas “M” y poner etiquetas
“L”, y luego cobrar el cheque.

Por
cierto que esto no es ético, pero sucede, y más a menudo de lo que usted
piensa, ya que no existe ninguna “policía de la moda” que controle que no
se haga esto,   cuando usted
los necesita…

En suma…

En
todo caso, lo que queda claro, es que es el secreto para encontrar su tamaño
correcto es hacer las compras según como le queda lo que se probó, y no
simplemente por el talle. 

En
última instancia… ¿A quién le importa si usted tiene cuatro talles
diferentes en su armario? De hecho, lo único que interesa, será como lucirá
en el evento social, allí donde nadie podrá ver ninguna etiqueta, sino,
simplemente, cuan elegante es su look.

Por eso,
no sea esclava de un número. Insista en probarse las prendas que crea que le
sientan bien, sin importarle los talles, es decir permitiendo que cada números
caiga como en una ruleta… ¡aunque, en este caso, usted siempre habrá ganado!