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Moda o estilo.

El estilo también cuenta, y mucho.

A medida que pasan los años nos vamos afirmando como mujeres, profesionales y en toda una variedad de actividades.

También es hora de afirmar nuestra personalidad en cuanto al estilo, y esto implica desprendernos un tanto de la manía de la moda para poner mas énfasis en la personalidad de nuestra apariencia, tanto en vestimenta como en
peinado
y maquillaje.

Por ejemplo si decimos Paloma Picasso, lo primero que viene a nuestro recuerdo es su imagen de pelo negro, carré despejado del rostro y su boca roja.

¿Alguien puede decir si es moda años ´60, ´70, ´99 o 2001…?
No, pero claramente esa imagen
que nos viene a la memoria es “espléndida”.

Nadie puede decir si Teté Coustarot, con su boca y uñas rojas y su pelo lacio está a la moda o respeta un estilo personal que la caracteriza.

Pensemos en Jacqueline Bisset… pelo despejado del rostro, poco o casi nada de maquillaje, ropa sport.
¿Quién puede asegurar si su sweater o su pantalón son de esta temporada o de otras?

Podemos enumerar gran cantidad de mujeres que han dejado de seguir la moda a pies juntillas y que nos provocan al recordarlas una sonrisita de placer.

¿Por qué no hacerlo nosotras mismas?. No es tan difícil.

Es necesario ponerse frente al espejo con un sentido positivo de autocrítica para empezar a realzar nuestros mejores rasgos y dejar en segundo plano los que no son tan favorables.

Podemos producirnos maravillosamente siempre que tengamos en cuenta una
“regla de oro”: A +, –

A más años, menos maquillaje.
A más años, menos peinados exóticos.
A más años, menos vestidos despampanantes.

La elegancia camina por el sutil camino del puedo.

¡Pero ojo! Menos maquillaje es una cuestión aparte, ya que podemos utilizar un montón de trucos y productos que logren un acabado delicado.

Un rubor de un tono tostado colocado en el justo lugar en el que levanta el pómulo da una sensación de juventud maravillosa, y ese mismo rubor bien elegido pero en el lugar incorrecto nos va a “achatar” la cara, y quedará espantosa.

Si a ese rubor bien colocado le agregamos un ligero tono de luz entre su emplazamiento y el lado externo de los ojos, angularemos mejor el rostro y daremos amplitud a los ojos.

Si tenemos unos bellos ojos claros destaquemos su tamaño y su color y olvidémonos de las sombras al tono, ya que perderán su intensidad.

Si tenemos cara redonda y cuello corto, juguémonos con un escote en V profundo y trabajemos los ángulos de la cara con poco color. Un buen trabajo de claros y oscuros.

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