Matrimonios del mismo sexo, parejas que duermen en habitaciones distintas, ahora
la nueva tendencia es casarse, pero convivir parcialmente.

“Cualquier sistema
acordado entre
cónyuges que contribuya a mejorar la calidad de la relación
siempre es válido y no se debería cuestionar si es que funciona”, sostiene
la psicóloga argentina Marisa Cambiasso. Las características fundamentales por
las cuales se sostiene esta intención se basan en: 

·
Darle libertad al otro

·
Respetar el espacio íntimo de cada individuo

·
Organización y equilibrio entre el trabajo y la vida personal

·
Comunicación constante entre cónyuges

Estas
pautas son primordiales para establecer un matrimonio a medio tiempo. “Los
cónyuges por decisión propia comparten tan solo unos días a la semana, pero
están constantemente en contacto.

Hablan y existe interés del uno hacia el otro.
Vivir separados no implica que exista el desamor o terceras personas de por
medio.

Al contrario, en muchas ocasiones alejarse un poco hace que la relación
sea más viva, fresca y se salve de la monotonía y el aburrimiento.

Quienes
pueden optar por esta manera de vivir el matrimonio: 

·
Aquellas parejas que tengan trabajos muy absorbentes (ambos) y no puedan
prestarse la debida atención. Saben que cuando se encuentren se dedicarán el
tiempo necesario.

·
Quienes no sufran de
celos exagerados

·
Personas fieles y que realmente estén a gusto con la relación amorosa que tienen

·
Aquellos que tengan muchas amistades que no encajen con la pareja. En muchas
circunstancias, las peleas más habituales tienen relación a los amigos de uno de
ellos.

·
Quienes tengan una verdadera personalidad independiente.

Muchos
creen que vivir de este modo es incompatible con el compromiso y la idea de
formar una familia. “No hay nada más comprometido que respetar al otro,
dejarlo ser libre y tener en cuenta los espacios privados que no se deben perder
aunque se esté en pareja.

El
pasar algunos días fuera del hogar hace que el sentimiento del uno hacia el otro
se intensifique, crezca y madure.

Muchas relaciones mejoran cuando se toma un
poco de distancia. Quienes intentan esta alternativa pueden comprobar los
beneficios sobre todo si se está inmerso en una relación sofocante y aburrida.
Puede llegar a ser la solución esperada antes de recurrir a estrategias más
radicales”, explica la profesional.

Para
tener en cuenta:

· No hay que olvidar que las
relaciones personales deben cultivarse constantemente. El hecho de vivir unos
días alejados uno del otro no implica que haya que desaparecer, mucho menos si
hay hijos de por medio.

· Si transcurrido un tiempo alguno de
los dos se ha cansado o no está a gusto con esta modalidad experimental, hay que
hablarlo y llegar a otro acuerdo para que la relación continúe funcionando.

· Si hay hijos de por medio en edad de
comprender, hay que explicarles con naturalidad y sin miedos esta manera de
relacionarse ya que no es lo habitual y seguramente se hagan preguntas de por
qué su familia es distinta a la de sus amigos del colegio.

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