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La prevención y detección precoz del cáncer de cuello uterino

La medicina trajo grandes avances en la prevención y detección precoz, pero pocos son comparables a la detección precoz del cáncer de cuello uterino.

El
cancer de
cuello uterino es responsable de ser una de las principales causas de cáncer
ginecológico. Equivalía al carcinoma de mama en su frecuencia previo al uso sistemático del Papanicolaou antes de la década de los 50.

Con solo
someterse a unos pocos estudios puede evitarse este flagelo o solucionarlo con
una muy pequeña intervención sin ser necesarias aquellas grandes cirugías
mutilantes.

Estos
estudios son:

Citología
oncológica
: o examen citológico mediante coloración de Papanicolaou: previa
colocación de un espéculo, se efectúa una toma de flujo vaginal o cervical la cual es procesada en
un laboratorio de citología y nos puede informar la presencia de células
representativas de lesiones intraepiteliales “in situ” Por su sencillez este es el método ideal de screening o detección a
grandes poblaciones, con escasa molestia y costo mínimo.

Colposcopia:
utilizando un a lente de aumento instalada en un aparato, es posible detectar
lesiones cervicales con potencial oncológico y su localización exacta para la realización de una biopsia.

Biopsia:
siendo los métodos anteriores de detección, el diagnóstico exacto lo da la
anatomía patológica y consiste en una mínima excisión cervical con un
instrumento adecuado. Esto es realmente muy sencillo y veloz, de contarse con un diagnóstico previo adecuado con los métodos
anteriores.

Debe
señalarse la importancia cada vez más frecuente del HPV o papiloma virus
humano que tiene un rol fundamental
en esta patología.

Su presencia
orientará a aumentar los controles periódicos y, de acuerdo a la situación, a
la necesidad de un tratamiento.

Las antiguas
grandes cauterizaciones han sido reemplazadas por pequeños tratamientos
destructivos locales o mínimas extirpaciones cervicales con modernos métodos
como el Láser o la Radiofrecuencia.

Por
último, debemos decir que la prevención puede comenzar ya en la adolescencia,
evitando los factores predisponentes como el tabaquismo, el inicio precoz de las
relaciones sexuales, la frecuencia de parejas, y la aparición de otras
enfermedades como el herpes.

La
detección precoz comienza con la
aparición de los contactos sexuales o con una visita al ginecólogo en la
adolescencia quien va a ser el más indicado para orientar en lo que se debe
hacer contra esta enfermedad.