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La búsqueda sin retorno de Samara…

Despertó un día Samara, una joven de tez trigueña
como porcelana antigua y de largos cabellos con bucles pero suaves como la
pana, entre sábanas y acolchados viejos en su habitación.  Sintió muy profundo que ese día era
diferente… 

¿Diferente a cual?  se
preguntó. Diferente a todos y a cada uno de los que haz vivido, respondió
alguien dentro suyo. Sintió en lo más recóndito de su ser, que debía empezar la
búsqueda.  

¿Buscar que? …se volvió a
preguntar. La verdad, tu verdad … oyó nuevamente muy dentro suyo. Había oído
decir que las verdades son subjetivas y que muchas veces resultan de consensos 


¿Será verdad también esto? volvió a preguntarse ¿O será que es solo un mito que
pasa de boca a boca por todos los tiempos, una mentira encubierta y aceptada
sin discusiones generaciones tras generaciones? 

¿Quien soy se preguntó? Miró
hacia una de las paredes ocres y rugosas de su habitación, una reja antigua sin
ventanas incrustada en ella en la que nunca había escatimado, pequeños jarrones
de arcilla en equilibrio del principio al final en el único hierro oscurecido
que la dividía y formaba. 

Un misterio todavía sin resolver, un alma libre y
hermosa dentro de una cárcel de carne.. ¿Por qué no lo ven?, .volvió a
cuestionarse  internamente, mientras
lágrimas de desconocimiento caían por sus mejillas. 

Estoy sola en esta
búsqueda? pensó; ¿Hacia adonde voy? ; ¿Podrá mostrarme alguien el camino? ¿Que
me pasa? , volvió a preguntar a su amigo interno que había descubierto que
también conversaba con ella  ¿Porque me
siento perdida de golpe y sin razón? 

Deberás tu sola descubrirlo le respondió
su fiel compañero interno, saca el velo de tus ojos y verás …. Verás que lo
hermoso de la vida, es vivirla a pleno. Momento a momento. 

El presente.
Conviértete en una esponja si así lo deseas y absorbe la energía pura que mana
de la vida diaria, del canto de las aves, de los verdes que rodean, de los
índigos de la cúspide, de los ecos que te envuelven, de la brisa que acaricia,
de la música de las palabras que te otorgan …. respondió su corazón. 

Ama cada
trino melodioso, cada matiz que veas, cada sonido que escuches y devuélvelo a
la madre naturaleza con tu propia esencia de amor. Llegó el momento de devolver
lo que se te fue regalado, devuelve el amor que tienes dentro, el amor que
guardas como sí fuera a acabarse. 

Ama!!!… le dijo su alma más brioso . No
puedo… respondió Samara quien nuevamente sucumbió en lágrimas y bajó la
cabeza como meciéndose a sí misma. 
Tengo miedo al dolor, tengo miedo a las risas, tengo miedo a que me
lastimen nuevamente, tengo miedo… exclamó para afuera por primera vez en un
grito desgarrador . 

Ama!!! … volvió a responderle el alma sabia que llevaba
adentro guardada hace años en un cofre sin llave pero escondido por ella misma
en las profundidades de su ser donde creyó que no podría volver a encontrarlo 


¿Quien te dejó salir? Porque me atormentas? Le cuestionó, Samara con un tono
doloroso. 

Tú… respondió el. Cuando te compadeciste de la inocencia de esos
niños descalzos en la plaza, tú cuando miraste a esa anciana que tocó tu puerta
y sentiste el cansancio de sus años reflejado en sus dulces arrugas, tú cuando
creíste enamorarte y encontrar a tu alma gemela nuevamente…. tú misma me
buscaste muy dentro tuyo, donde me habías olvidado a medida que crecías, cuando
dejabas de jugar, de reír, de confiar, de comprender, de sentir… de vivir. 


misma fuiste cubriéndome del polvo y barro de odios, envidias, ira, codicia,
soberbia y ambiciones y muchos otros escudos nacidos muchas veces por tus
heridas provocadas por otros y muchas veces infligidas por ti misma y tu
ignorancia hacia la vida. 


misma fuiste quien comenzó nuevamente a buscarme,
a pulirme como si fuera un regalo que hubieras recibido de niña por tu ser más
amado, a quien cuidabas y protegías. 

Es la única manera de aliviar el dolor…
es la única manera de sanar, la única manera que encuentres tu verdad y tu
camino respondió. 

No hay otro camino, terminó clamando rotundamente su corazón
y quedó en silencio nuevamente.

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