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Historias de Bolin

Un personaje moderno pero emparentado con la más rancia alcurnia de la picaresca española.

 

Bolin mecánico

Paseaba
Bolin tranquilamente esperando a ver si le salía un trabajo, cuando vio un señor
en la puerta de un garaje que gritaba hacia dentro, no hay nadie, decía, Bolin
se paró en la misma puerta, el hombre debió confundirlo con el mecánico y le
dijo, menos mal que llega, porque, es usted el mecánico ¿verdad,? claro dijo
Bolin, pues haga el favor de mirar mi coche que por alguna causa se me cala,
Bolin tuvo una primera intención de decir que no sabía, pero al instante
recordó que una vez arregló su bicicleta, si señor, le dijo, se lo miro ahora
mismo, vaya y tome un café mientras, es cosa de media hora. El señor confiado
y contento salió del taller.

Bolin
lo primero que hizo fue levantar el capó, como era un coche nuevo le pareció
que estaba estupendo, yo no le veo nada roto dijo, solo le vio un cable suelto, esto debe ser pensó y se lo conectó
donde vio que había un agujero, cerró el capó satisfecho y se fijó en la
radio tan bonita que tenía el coche, la puso a todo volumen y sonó con
estridencia la canción de moda.

Un grupo de muchachos que pasaban por la puerta al oír la música entraron al taller y ante una invitación de Bolin se
pusieron todos a bailar, así hubieran seguido si no llega a venir el dueño del
taller que al ver el alboroto, no entendía nada, quitó de golpe la radio, los
muchachos desilusionados le dieron las gracias a Bolin, y se dispusieron a irse.

Estaban
todavía en la puerta cuando llegó el dueño del coche, ¿está mi coche ya?
preguntó, ¿ que coche? dijo el dueño, el que este muchacho me ha arreglado
mientras usted no estaba, sí dijo Bolin dándole las llaves, ¿sabes arreglar
coches le preguntó el dueño del taller a Bolin, claro que sabe se adelantó a
decir el dueño del coche, además es muy rápido, (que te crees tú, eso pensó
Bolin).

El
dueño del taller no entendía nada pero como el del coche le pagó y se iba, no
protestó, el coche arrancó bien y
salió bien del taller, pero una vez en la calle, en lugar de andar hacia
delante lo hizo hacia los lados, los muchachos que habían bailado momentos
antes lo miraban divertidos, el coche andaba de acera a acera, con tan mala
fortuna que tropezó en una boca de riego arrancándola de cuajo quedando encima
de ella y saliendo el agua con tal presión que el coche parecía un surtidor de
fuente y el dueño encima de pie dando voces, una figura de la misa fuente.

Los
muchachos y la gente que pasaba se revolcaban de risa, los muchachos además
aprovecharon para bañarse, cuando los bomberos llegaron y empezaron a buscar al
culpable Bolin ya estaba lejos y pensando, ¡cómo se ha podido creer que yo era
mecánico!.

Bolin
en el puerto

Bolin
está en la playa, sentado en una roca, un descargador de pescado que está
esperando que lleguen los barcos de los pescadores lo saluda, hola ¿esperas para descargar el pescado?

No,
le dice Bolin, estoy aquí porque un día encontré una botella con mensaje y a
lo mejor hoy encuentro otra.

¿Sabes
descargar y clasificar pescado? Le pregunta, sí le contesta Bolin (mirando a la
cámara de al lado) mientras piensa: si se lo cree es más tonto que el gato de
mi vecino que se come las margaritas y se cree que son huevos fritos.

El
muchacho al decirle Bolin que si sabe clasificar pescado, se pone muy contento y
le dice, ¿quieres ganarte un buen sueldo?


dice Bolin, pues cuando lleguen los barcos descargas y clasificas pescado
conmigo, y encima de que te pagaran bien, no sabes el favor que me haces, porque
me han dicho que busque a uno para ayudar pero de los que he encontrado ninguno
sabe clasificar.

Iba
Bolin a preguntarle algo, pero el muchacho no lo dejó hablar, mira, ya llegan
los barcos, el capitán del pesquero ya daba ordenes, los descargadores y
clasificadores estaban todos en sus puestos, Bolin no las había visto mas
tremendas.

Cuando
Bolin vio que la red se levantaba llena de pescado, se puso debajo mirando hacia
arriba, yo nunca había visto tanto pescado junto exclamó, en ese instante la
red se abrió, por mucho que quisieron echarle mano los pescadores, Bolin quedó
enterrado debajo del pescado, también quedó debajo del pescado el capitán del
barco, que en un momento de reflejo quiso echarle mano.

También
en un acto reflejo, el que manejaba las redes al ver que quedaba debajo del
pescado el capitán, subió la red de nuevo con tan mala fortuna que el capitán
iba dentro, y Bolin iba también enganchado con una pierna fuera
.

Un
pescador en la confusión quiso hacerlo bien, pensó que si tiraba de la pierna
de Bolin, caería y detrás caería también el capitán que no dejaba de
vociferar echando sapos y culebras, pero no fue así, al contrario como el que
manejaba la red tiraba hacia arriba y el pescador en su afán de liberar a Bolin
y al capitán tiraba hacia abajo, el mecanismo que movía la red se atascó y no
cedía, ni para arriba ni para abajo.

Un
pez que todavía estaba vivo le estaba mordiendo al capitán en el culo, dos de
los marineros ante los gritos del capitán sacaron unas navajas muy largas ,
cuando Bolin los vio dirigirse a la red, el que gritaba desesperado era el, no me matéis,
calla insensato dijo uno de los marineros, si lo que vamos es a cortar las redes
para liberaros.

Tampoco
pudieron cortar las redes, ya que eran de un material a prueba de mordiscos de
pescado, tuvieron que venir los bomberos, cuando bajaron al capitán con todo su
culito mordido y quisieron llevárselo a curarlo, dijo con furia, no, primero me
voy a cargar al responsable de todo
este desaguisado, pero Bolin nada más verse liberado se fue y solo se lamentó
de que ese día no había encontrado una botella con mensaje.