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Fin de Año

Amigo: He pensado en darte un regalo a través de la palabra aportando un granito de arena para que inicies el próximo año desde tu brillante interior. Gracias por tu sabia atención.


En mi experiencia existen vidas complejas y vidas sencillas. Hemos llamado
complejo a aquello que se sale de los parámetros normales, y hemos llamado
sencillo a aquello que se ajusta a las normas de vida que nos han enseñado
muchas veces en la escuela, el catecismo, el hogar, con los amigos, etc.


 


El próximo año, yo te invito a que renuncies el camino sencillo, y seas desleal
a todo aquello que no sea tuyo. Te invito a que tomes el camino difícil, aquel
que Dios te presenta para vencer tus propios retos.

 


Algunas personas me han
preguntado sobre como reconocer la misión a la que vinieron a este planeta, y yo
les contesto que reconozcan aquellos eventos que más se les presentan en la
vida vestidos de desafío.

 


A que reflexionen acerca de los talentos manuales,
verbales, espaciales, kinestésicos, etc. que emergen en el ser de manera natural
y los combinen…


 


Les invito a que sean fieles a ustedes mismos, y que sean guiados por el poder
del corazón y no por preceptos ajenos a su naturaleza, inventados por la
mercadotecnia o movidos por le miedo en vez del amor. De esa forma serán fieles
a la sabiduría del universo que los creo con un propósito específico desde su
biología hasta su espíritu.


 


Recuerden y vivan el amor no con sufrimiento sino con paz, valor y propósito.
Aceptemos el dolor como un hecho que nos purifica y reconozcamos su existir como
el caos que surge de una respuesta amorosa de parte de Dios, para un cambio y
evolución necesarias no sólo para mí sino para todos los seres que me rodean.


 


Por ultimo quiero invitarlos a que el próximo año, reconozcamos a los demás
seres en su verdadera dimensión humana y divina. A que nos acerquemos más a leer
sobre los últimos descubrimientos científicos de nuestro ser en el área de la
biología (genética) para no vivir llenos de falacias acerca de lo que deben o no
hacer los demás, y culpar menos a quienes nos educaron y educar con sabiduría a
los seres que Dios nos confío desde su amorosa esencia.

 


A leer la palabra de Dios, y reconocer y aplicar no la actitud o hechos
faris
aicos tan criticados en el nuevo testamento, sino rescatar de las parábolas
el verdadero sentido del Ser. Jesús habló en parábolas no para dirigirse a
nuestra mente, sino para dirigirse a nuestro espíritu.

 


A meditar o rezar en
soledad para encontrar las respuestas que estamos buscando y nuestro verdadero
sentir en una situación. A veces nos perdemos en sentires que ni siquiera son
nuestros, sino aprendidos del ambiente, como quien sigue el guión de una novela.
Si no, pregúntenle a la viuda si se ha sentido culpable por volver a sonreír.


 


Existen muchos medios para reconocer a los seres que el próximo año nos
acompañarán en este caminar y es imperante que los develemos, empezando por
nosotros mismos. Insisto en este punto porque de lo contrario seguiremos
pensando que nuestras virtudes personales son nuestros más terribles defectos y
viceversa.

 


De tal manera que confundiremos el ser reflexivo por el ser pasivo, o el ser
miedoso con el ser leal, el ser alegre con el ser superficial, y el ser
superficial con el vivir el aquí y el ahora de manera irresponsable. Tenemos
mucho camino por recorrer.

 


Y tal vez se lea complicado esto que escribo. Una forma sencilla de resumirlo
es:


 



Deja que la orquídea brille en su ser de orquídea y no intentes alinearla o
disfrazarla de rosa roja porque causarás una tremenda frustración en la flor y
en ti mismo y pensarás que fallaste en la educación o influencia con ese ser, y
entonces todos nos sentiremos culpables.



 


Que el próximo año amigo mío la risa te acompañe como fiel aliada de la
confianza con la que recibes lo que Dios te ofrece a través del contrato sagrado
que pactaron aún antes de encarnar en la tierra.


 


Yo me despido con una frase de Virginia Wolf que me cautiva:



 



“No existen vidas ordinarias sino maneras ordinarias de ver la vida”



 


Y aquella de Sócrates que reza:



 



“Conócete a ti mismo” (para llegar a ser el que eres)



 


Namas
té:
(Mi alma reconoce y honra la grandeza de tu alma)



 


Reflexiones del infinito vertical. Inspirados bajo el sello natal del Viento
Planetario Blanco (kin 62) de la ley del tiempo (el encantamiento del sueño
maya).

 

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