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Escribir la historia familiar, tan fácil como cocinar

Diariamente, usted consigue y combina cientos de ingredientes para obtener la más exquisita de las comidas… ¿Por qué no hacer lo mismo con su historia familiar?

Matrimonio y finanzas, una relación complicada

Escribir la
historia familiar
puede ser
tan divertido como cocinar. En primer lugar, se necesitan diferentes
ingredientes que mas adelante se combinaran para lograr un determinado sabor.
Solos, estos elementos pueden resultar inconsistentes, pero cuando se empiezan a
mezclar, otorgan el gusto preciso.

Así como en para hacer cualquier comida,
por ejemplo, una lasagna, será necesario dirigirse a diferentes almacenes para
conseguir la harina, la carne picada, la salsa de tomate, o la ricota, para
comenzar una investigación sobre las raíces familiares, se deberá concurrir a
una biblioteca, a archivos públicos o del registro civil, para comenzar a armar
el “rompecabezas” familiar.

En la comida, es necesario que se tomen
determinadas decisiones, antes de comenzar con su cocción: ¿prefiere hacer una
comida vegetariana? ¿una clásica o regional? ¿Una sin sal? En la genealogía,
sucede lo mismo, y esto se podría traducir en ¿qué le gustaría priorizar?

¿Sería
más interesante el trabajo que desarrollaron sus familiares, o su vinculación
con la religión? ¿Preferiría conocer más sobre las guerras en las que
participaron?

Esto será lo que marcará su ruta, ya que
deberá dirigirse a la institución correspondiente a la información que busque
(Fuerzas Armadas, si desea saber sobre guerras, determinada fabrica, si busca
hacer foco en el trabajo), aunque esto no excluye que visite la mayor cantidad
de organizaciones posibles, puesto que en todas podrá hallar información útil.

Pera como usted estará interesado en
conocer el aspecto “novelesco” de dichas historias, también será
fundamental que ubique cartas y diarios íntimos, donde aparecerán datos mucho
más emocionales que estadísticos.

Para esto, debe consultar con todos sus
familiares, ya que es probable que alguno de ellos cuente con este material
perdido en algún sótano o placard de su hogar.

La
búsqueda y la escritura

Para comenzar, se debe buscar material
bibliográfico de referencia, en cualquier librería, biblioteca, o sitio de
Internet. Este tipo de material, podrá otorgarle algunas claves para conocer
algunos secretos sobre el trabajo de recopilar información.

Una vez recopilada esta información, (o
mientras lo haga), puede comenzar un taller de escritura, o comprar alguna guía
al respecto, para conocer más a fondo las herramientas necesarias para trabajar
una historia 

En esta línea, se pueden comprar algunos
de los tantos libros que existen sobre historias de generaciones familiares.

Se
recomiendan especialmente los libros “Raíces”, de Alex Haley, sobre la
historia de la familia Kinte, traídos desde África como esclavos, “La
familia Moskat” de Isaac Bashevis Singer, sobre la familia homónima (ficción)
desde la Polonia pre-nazi, o “Las Cenizas de Angela”, de Frank Mc Court,
sobre una historia familiar en Irlanda.

Luego de leer estos libros, entenderá por
que no es necesario escribir su historia familiar como “Juan Perez nación un
15 de julio de 1948, en la ciudad de Córdoba…” sino que la puede comenzar,
por ejemplo, con un dejo de suspenso, para hacer mucho más entretenida tanto su
escritura como la lectura.

Por último, no descarte agregar la ficción.
Tal vez haya algunos puntos que no lo cierran, o no haya podido conectar algunas
historias, pero esto no debe impedirle narrar lo que sí posea.

Así, podrá recrear en forma literaria
esos pasajes inciertos, aunque, si puede, aclare en un apéndice que parte de la
historia tuvo como única fuente su imaginación, para que quienes se interesen
en continuar su tarea, sigan investigando y no se confíen en datos falsos.