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Epilepsia: es hora de dejar atrás los prejuicios

La epilepsia es una enfermedad perfectamente tratable pero que carga con siglos de tabúes y preconceptos. Conocerla es la mejor manera de ayudar, y ayudarse

La
epilepsia es una enfermedad que afecta a una de cada 200 personas, y que se
caracteriza por la presencia de “crisis” como consecuencia de una alteración en
la función de las neuronas. Dicha alteración se produce a partir de una
actividad eléctrica anormal, con predominio de actividad excitatoria. 


Puede afectar a cualquier persona a cualquier edad; en general las crisis
tienden a aparecer en la infancia o la adolescencia tardía, y la incidencia
aumenta nuevamente después de los 65 años. Es importante aclarar que no es
sinónimo de retraso o deterioro intelectual, ni de alteraciones de la
personalidad ni de enfermedad psiquiátrica. Por otra parte, es importante saber
que existen condiciones en las que una persona puede tener una crisis sin que
realmente sea epiléptico, por ejemplo los niños entre los seis meses y los cinco
años, pueden presentar crisis cuando tienen mucha fiebre. Por otra parte, puede
haber en otras ocasiones una crisis única, cuando se presenta una baja brusca de
azúcar, o una intoxicación por alcohol.

 Las crisis epilépticas pueden manifestarse de manera diferente. Se denominan
“crisis generalizadas” a aquellas que aparecen como convulsiones con actividad
desordenada de brazos y piernas, y que en general se acompañan de mordedura de
lengua y pérdida de orina. Por otra parte, existen las crisis llamadas
“parciales o focales”, que se manifiestan de forma variable, por ejemplo la
persona puede tener algunos síntomas al inicio de la crisis, malestar
epigástrico, miedo, sensaciones diferentes, luego pude tener afectada la
conciencia, se lo observa con la mirada fija,  inmóvil, y en ocasiones se
asocian a movimientos automáticos como tragar repetidamente o frotarse las
manos.

 Esta patología se divide en dos grandes grupos: la epilepsia idiopática
cuyo origen es desconocido, casi la mitad de los pacientes esta en este grupo y
la sintomática en donde el origen está identificado. En el primer caso la
causa de la enfermedad no es clara. Por su parte, la epilepsia sintomática
aparece como resultado de alguna anormalidad en la estructura del cerebro,
que puede darse desde el nacimiento o en alguna etapa posterior de la vida. El
diagnóstico de la enfermedad, se basa en una historia de crisis repetidas, por
lo que es necesario un testigo de la crisis ya que muchas veces la persona
afectada no registra lo sucedido. Por otra parte el diagnóstico se completa con
una serie de estudios que incluyen, entre otros, electroencefalogramas,
resonancia magnética. En los pacientes que resulta necesario se hace dosaje de
drogas y en los pacientes candidatos a la cirugía se realiza video-eeg
(electroencefalograma).

 Un poco de historia…


La epilepsia es tan antigua como el hombre. Se sabe de legislaciones acerca de
pacientes epilépticos en el código de Hammurabi; y en la antigua Grecia se le
llamaba “la enfermedad sagrada“, pues debido a la característica súbita e
inesperada del fenómeno se creía que los dioses o demonios poseían el cuerpo del
enfermo; del griego deriva el término epilepsia que significa “ser tomado desde
arriba”. Hipócrates, padre de la Medicina escribió “Acerca de la enfermedad
sagrada”, y 4 siglos antes de nuestra era dijo que no era más sagrada que
cualquier otra y que tenía su asiento en el cerebro.


En Roma se le llamó la “enfermedad comicial“, pues el hecho de que alguno
de los asistentes presentara una convulsión era una señal de suspender las
elecciones o comicios. Hubo entonces epilépticos tan célebres como Alejandro
Magno y Julio César
.


Posteriormente se volvió a la idea mágica o religiosa de la enfermedad y no hubo
progresos en cuanto al conocimiento de la misma sino hasta el siglo pasado
cuando las observaciones de Hughlings Jackson marcaron el inicio de una
época nueva que continúa hasta nuestros días con avances crecientes.


 
Para tener en cuenta…


 Qué hacer frente a una crisis epiléptica


  • Actuar con calma


  • Proteger a la persona para que no se golpee, sin sujetarla


  • Aflojar la ropa del cuello


  • Colocar a la persona que está caída en el suelo de costado


  • Colocar una almohada o ropa debajo de la cabeza para evitar que se lastime


  • No es necesario proteger la lengua de la persona, ya que los dientes pueden
    verse afectados o la persona puede morder a quien la ayuda sin darse cuenta
    debido a la fuerte contracción del músculo de la mandíbula.


  • Esperar a que pase la crisis, generalmente no dura más de 5 minutos

Cuándo llamar al médico


  • Si es la primera vez que la persona sufre una crisis


  • Si la persona se lastimó durante la crisis y se golpeó la cabeza


  • Si la crisis dura más de 5 minutos


  • Si la persona está embarazada, es diabética o hipertensa

Consejos para pacientes con epilepsia


Las personas con epilepsia pueden llevar una vida normal tomando los recaudos
necesarios como los siguientes:


  • Descansar un mínimo de 6 a 8 horas


  • Tomar la medicación todos los días


  • Tomar mayores precauciones en el verano frente a las altas temperaturas


  • No automedicarse


  • No beber alcohol


  • No manejar autos


  • No nadar solo, siempre hacerlo acompañado


  • Precauciones especiales en la casa para evitar accidentes: ducharse sentados
    (con duchadores de mano es mejor que darse un baño de inmersión), poner
    barandas en los baños, colocar en los baños puertas que se abran hacia fuera
    (para no bloquear la entrada en caso de necesitar ayuda), evitar las puertas
    de cristal.


Fuente: Servicio de Neurología, Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires