Si bien respirar es algo que todos hacemos natural y automáticamente, la forma en que este proceso se lleva a cabo puede ser muy variable y afectar a nuestro bienestar.

En
general no somos conscientes del modo en que
respiramos, lo hacemos de forma
automática, sin detenernos a pensar en ello, pero la manera en que lo hacemos
produce cambios químicos.

Así, la respiración diafragmática puede llevarnos
a una placentera sensación de relax, mientras que la hiperventilación puede
producir mareos, palpitaciones, temblores, etc.

Es
frecuente que cuando nos encontramos bajo fuertes presiones o envueltos en
serias dificultades entremos en un estado de nerviosismo conocido como estrés.

En estas circunstancias tendemos a modificar nuestro patrón respiratorio,
respirando más rápida y profundamente que lo habitual. Cuando esto sucede de
un modo muy marcado realizamos lo que se denomina hiperventilación.

Hiperventilar
produce cambios químicos en la sangre debido a que se exhala más dióxido de
carbono que lo habitual, y este es el motivo por el cual se producen los síntomas
mencionados.

Frente a la aparición de dichos síntomas en general se reacciona
con un incremento del estrés, producido ahora por la aparición de los síntomas.
En estas ocasiones lo ideal es tomar el control de la propia respiración para
pasar a respirar diafragmáticamente, lo cual conduce a un estado de relajación
y a
la desaparición de los síntomas.

Pasos
a seguir:

  1. Apoye la palma de
    una de sus manos sobre su estómago.

  2. Inhale
    profundamente por la nariz, mientras lo hace "envíe" el aire que entra en su
    cuerpo hacia su estómago, de modo tal que pueda sentir cómo este empuja su
    mano. Debe asegurarse que sea su estómago y no su pecho el que suba y baje
    al ritmo de la respiración .

  3. Exhale lentamente
    mientras siente cómo su estómago se hunde, acompáñelo con su mano.

  4. Repita el proceso
    durante unos minutos.

  5. Recuéstese y
    coloque un almohadón liviano sobre su estómago.

  6. Inhale
    profundamente observando el movimiento del almohadón.

  7. Exhale suavemente
    mientras mira cómo baja el almohadón.

Cuando
se sienta ansioso o tenso preste atención a cómo está respirando, es muy
posible que en ese momento esté respirando torácicamente (llevando el aire al
pecho) y tal vez también de un modo más acelerado que el habitual.

Por lo tanto,
puede serle de suma utilidad dedicar unos minutos a practicar este tipo de
respiración para aliviar tensiones y evitar los síntomas producidos por la
hiperventilación.

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