Lo que advirtió, es que estaba ganando mucho más dinero por sus acciones y
ahorros que por su salario, y que podía vivir tranquilamente de la renta que
ellas le dejaban. Así, contrató a un agente para que le maneje parte del capital
acumulado, incrementando la renta y no descapitalizándose al usarla. En
diciembre de 1999, al ver que el sistema funcionaba, tomó la decisión de dejar
su puesto de trabajo, e inmediatamente comenzó un master en Historia del Arte,
algo que siempre había postergado.
“Quiero administrar bien ese dinero, pero tampoco quiero dedicarle la mayor
parte de mi vida”, sostiene en la actualidad Mercuri, que además define a ese
capital como “la llave que me da la posibilidad de cumplir mis sueños, dejando
atrás el esfuerzo y comenzando a sentir el placer de la realización personal”.
Pero además, María invirtió parte de sus ahorros en una nueva compañía de
aceites lubricantes, ya que su experiencia le ha posibilitado evaluar las
condiciones y potencialidades de este tipo de empresas. “A pesar de que poseo el
treinta por ciento de las acciones, hasta el momento no he intervenido en la
dirección de la empresa, porque confío en la gente que la está llevando adelante,
y solo volvería a trabajar si veo que la empresa no está tomando el rumbo
correcto”.
Mas allá de esto, María no está pensando en un futuro a largo plazo de esta
inversión “En realidad, luego de casi veinte años de sacrificio, me he hecho la
promesa de ocuparme sólo de las cosas que a mi me interesan, por lo que cuando
las acciones lleguen a valer una cifra interesante, planeo venderlas todas”.
Además, María está escribiendo un libro sobre marketing industrial, pasa gran
parte de su tiempo activando en asociaciones de Derechos Humanos, y ha comenzado
a estudiar el profesorado de Yoga.
María tuvo mucha suerte al tener acciones que le brindaron un capital para
financiar su retiro. Pero poco hubiese hecho con ese dinero si no lo hubiese
invertido correctamente. Mucha gente dejó de capitalizarse y comenzó a gastar lo
acumulado, por lo que debió regresar a trabajar, aún cuando creía que jamás lo
haría. Si ella se hubiera manejado de esta manera, su retiro sería ilusorio, y
no hubiera durado más de dos o tres años.
Pero lejos de utilizar su dinero para financiar sus gastos, lo destinó a
inversiones de las que conocía el negocio, como la pequeña y pujante empresa
aceitera, y supo dirigirse hacia un buen agente de bolsa para invertir el resto.
María sostiene, por sobre toda las cosas, que ella no es parte de la gente
dedicada a trabajar en el sistema financiero. “Mis inversiones no son para
maximizar el capital, sino solo para mantenerlo sin descapitalizarme, mientras
cumplo los sueños que postergué durante toda mi vida, algo que mis padres jamás
pudieron cumplir”.
Anterior:
Cómo ser un joven jubilado
¡ Aprenda cómo ganar más dinero
haciendo que el dinero trabaje para usted !! (que es lo que hacen los
inversionistas)
Para ello, le invitamos a
inscribirse ahora en
nuestro curso en Internet para Inversores gratis Aprenda
a Invertir y Administrar su dinero
|