Para los que a veces pierden las esperanzas, va este mensaje...

Cuando escribo
estas líneas hay tantas cosas que dan vueltas en mi cabeza, que resulta difícil,
ordenar y hacer coherente las letras que una tras otras van cubriendo esta
pantalla y que a ciencia cierta no se si sea leído alguna vez, pero son tantas y
tan fuertes las emociones que la vida me ha deparado, después que Irma apareció
en el umbral de mi vida, que me siento en la obligación de homenajear esta
suerte.


El marco de
Enplenitud.com es un lugar más que apropiado, para hacer culto a un alma de tal
magnitud.


Ya pasamos hace
algún tiempo los 40, no importa cuantos, es decir estamos en el entorno.


Corría mi
segundo año de vida en la Argentina, en una de esas búsquedas a través de
Internet, aparece el perfil de Irma, no tenía fotos, pero no sé, algo en la
manera de describir su perfil, llamó mi atención, qué fue, no lo se, si alguien
lo desea puede atribuírselo al sexto sentido, le doy esa libertad.

Para hacerlo
corto, nos contactamos, nuestra cita para conocernos, fue la confirmación de
nuestras motivaciones, ambos quedamos gratamente impresionados y de hecho hoy
hace varios meses que compartimos nuestras vidas, con una muy linda relación.


Pero no es esto
lo mas importante, pues mi intención en esta notas es venerar, no solo mi suerte
de conocer a Mimi, más allá quiero destacar lo grande y noble de su alma, lo
hermoso y caritativa de su vida, que pudiera ser un paradigma de sencillez y
nobleza, de bondad y amor.


En una época en la que los hombres se
disputan los asientos en los colectivos ignorando a las damas de cualquier edad
que se encuentran a su alrededor, en una época en la que ayudar al prójimo se
hace con la intervención de una tasa muy alta de interés, encontrarse a alguien
que entrega lo que tiene solo por el placer de hacer el bien, es algo mas que
hermoso, es algo milagroso.

Por ello Mimi, hace grande su vida, pues se sale de
los cánones del momento, para bien, obvio.


A través de
estas líneas quiero agradecerte, la posibilidad que me das de reunirme con mi
hijo después de más de dos años, te agradezco, que lo hayas hecho de muy buena
onda, que hayas tomado la causa nuestra como tuya y desde ya te eriges como la
madre Argentina de mi hijo.


Ambos te
estaremos eternamente agradecidos y trataremos de ser dignos de tu amor.

Beto



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