En
1998 decidí operarme de Cataratas de mi ojo izquierdo.

En
realidad, no podía quejarme porque había
gozado de buena vista pese a usar
anteojos bifocales hasta mi 75° cumpleaños.

No
le ha ido tan bien a mi hijo mayor que con solo 44 años de edad, ya me comentó
que hace un tiempo le
diagnosticaron cataratas en un ojo.

Yo
había oído vagas informaciones sobre esa operación, todas considerando que se
trataba de una cirugía bastante soportable.

Esos
comentarios terminaron de decidirme considerando que me paso varias horas
diarias frente a la pantalla de una computadora y que difícilmente deje de
hacerlo a breve plazo.

También
leo libros y periódicos y miro TV dos horas diarias, por cuya razón para mi la vista es un sentido muy
importante.

Mi
estimado médico que hace años me atiende clínicamente, también ayudó a que
me decidiera, insistiendo en la conveniencia de aprovechar mi estado físico
normal, para realizarla.

Estoy
abonado a una prepaga desde hace muchos años atrás cuando era médico clínico
de la misma un viejo amigo ya fallecido que me atendió muchos años con su
doble personalidad de médico y suegro.

Durante
esos años aprendí a ver un médico en su parte humana como quién dice “detrás
de las bambalinas” .

Eso
no me hizo perderles el respeto que merecen como profesionales pero me permitió
echar una mirada a sus debilidades de común mortal y no ponerlo en un altar de
veneración mezclada con algo de temor, como le sucede al común de los
pacientes.

En
la medida de que el profesional es más exitoso inconscientemente va perdiendo
su humildad y algunos llegan a ese terrible extremo de “jugar a ser Dios”.

Es
parecido a lo que les sucede a ciertas personas de inicios humildes que llegan a
ser muy ricas. No tienen humildad y se vuelven soberbias y duras con los
“loosers” (perdedores) ya que ellos son “winners” (ganadores) según las
expresiones corrientes en los EE.UU.

En
ese país que es muy competitivo
hay otra expresión muy gráfica cuando le preguntan a uno “How much you
worth?” ( ¿Cuánto valés?) que equivale a preguntarle cuanto tiene en su
declaración de bienes.

Volviendo
a las cataratas, muchos amigos de En Plenitud ya estarán viviendo la situación
previa a decidirse a operarse.

Por
eso es que decidí con la Doctora Susana Pérez que como médica quise que
analizara el objeto de mi nota a la luz de su utilidad para todos los
interesados en el tema.

Leí
un folleto explicativo de la “American Academy of Ophtalmology” mediante el cual se puede tener una idea más clara
sobre esta cirugía.

Catarata
la define como : “Opacidad de la lente Ocular”.

En
líneas generales el folleto trata de disipar aprensiones de personas que deben
operarse.

Hay
una confusión generalizada pero en la primer fase de esta operación no
interviene el láser y la técnica aplicada es la de microcirugía. Es decir que
el cirujano ve lo que hace a través de un microscopio.

Deseo
aprovechar la circunstancia de haberme operado
los dos ojos con dos diferentes
cirujanos para registrar mi opinión comparada con vistas a que aprovechen mi
experiencia.

Para
la primer operación consulté con mi médico Clínico que me recomendó a un
oftalmólogo.

El
primero me manifestó que él no hacía cirugía y me derivó a un profesional
con el que me resultó difícil hacer contacto.

Decidí
visitar a otro oftalmólogo pensando que como mi nuera tiene el mismo apellido,
con una diferencia de una s más y siendo ese un apellido muy común, en
realidad no tenía nada que ver con mi decisión.

Para
la segunda operación fue mi pre-paga que respondiendo a un email donde les
explicaba todo lo sucedido tras mi primer operación y mi gran disconformidad,
me envió a otro médico.

Como
Conclusión a toda esta experiencia y exclusivamente desde mi punto de vista de
“paciente” sugiero:

Operarse
de cataratas sin vacilar, porque no hay nada que supere el hecho de ver muy bien con ambos ojos cuando en los últimos meses guiñaba el ojo malo
que ya no percibía más que una nebulosa.

• Elegir
  con tiempo el cirujano que lo va a operar

• Si es posible, infórmese con otra persona que se haya operado antes con
  ese cirujano.

• Al
  hacer su elección, conviene que tome muy en cuenta el trato humano que le
  dispense el médico en sus primeras visitas.

• Si
  puede conseguir ver el quirófano antes de operarse se sentirá mucho más
  tranquilo. Tome un calmante después de consultar su clínico.

De
todas maneras mi primer caso no es lo más común pero en la comparación es indudable lo importante que
resulta el trato personal que se recibe.

Leo
en el folleto: “ Es importante tener presente que pueden presentarse
complicaciones durante o después de la cirugía….Como en toda cirugía no se
puede garantizar un éxito absoluto”.

Pero
tampoco son aceptables las malas condiciones asépticas con las infecciones
intrahospitalarias ni mucho menos un trato del profesional hacia el paciente que
no sea cordial.

Cuidemos
la calidad de vida de nuestros años avanzados y la vista es esencial!!!