Celos, celitos y celotes
> Por: CIDCAMPEADOR
> 15:23 Hs, Martes, 31 de Julio 2007
Todos los extremos son malos. Soy enemigo de los celos obsesivos o afixiantes, ya lo dije. Pero creo que unos celitos bien dosificados, incluso algo fingidos, siempre vienen bien al ego del otro, lo halagan. Y por el contrario, si uno se manifiesta absolutamente indiferente a lo que el otro haga o no haga, lo hace sentirse poco importante frente a su pareja. Creo que no es un tema de seguridad o inseguridad, sino que de reconocer las necesidades y los vericuetos del alma humana, y los alimentos que de vez en cuando necesita. Antes dije que yo había tenido dos experiencias de celos terribles. Creo que exageré, y quizás están pensando algo al estilo de Otelo. No, digo terribles porque me marcaron mucho en cuanto a experiencia en la materia. La primera ocurrió porque yo, en un par de oportunidades por la mañana había llevado en mi auto a una vecina que esperaba transporte en la esquina, y la había dejado en una estación de Metro. No faltó otra vecina chismosa que le transmitió a mi esposa la información, insinuándole que yo tenía algo con la primera. Una noche Myriam me encaró y me echó toda su artillería encima. Le dije que no había hecho nada malo, que me había limitado a llevar a alguien al Metro, y punto. Pareció creerme, pero agregó otro elemento: dijo que ante los ojos del barrio parecía que yo tenía una aventura con la susodicha, y que eso a ella la dejaba en ridículo. Terminé diciéndole que era una tontera hacer caso de habladurías. Casualmente, al día siguiente veo a otro vecino en su auto, acompañado de una mujer que no era su esposa. Inconscientemente pensé: "¡ajá!", y de inmediato me di cuenta de que, aunque fuera por una fracción de segundos, yo había pensado lo mismo que la vecina chismosa, con la diferencia que no lo iba a comentar. Y pensé en las palabras de Myriam. Lo que viene después lo dejo para otra ocasión. Continuará.



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