Infidelidades literarias
> Por: CIDCAMPEADOR
> 20:44 Hs, Jueves, 17 de Mayo 2007
La literatura está llena de casos de infidelidad. Pero me fascinan más las infidelidades literarias de la antigüedad. Quizás el caso más antiguo y clásico, pero poco conocido, es el del rapto de las sabinas por los primitivos romanos. Ocurre que cuando los sabinos se organizaron para ir a rescatar a sus mujeres, éstas se asomaron a las murallas de Roma y les dijeron a sus maridos que ni lo pensaran, que chaíto no más. Luego tenemos el caso de Helena de Troya (en realidad, de Esparta), que prefirió al fino Paris antes que a su rudo Menelao, y desató una guerra que duró diez años. Las Mil y Una Noches se basa en una historia central de infidelidad: el cornudo sultán Schariar que, para vengarse de la infidelidad de su esposa, decide desposarse cada noche con una virgen y matarla al amanecer, pues para él todas las mujeres eran iguales, hasta que la astuta Scherezada logra detener la matanza (¡Hijo: si ya no quedaban vírgenes!). Y una curiosidad que reservo para el final: en el Japón del siglo X, una dama llamada Onogoro escribió un cuento en que una perfumista es engañada tres veces en una noche por su amante. Ella, para vengarse, lleva al infiel al cuarto donde preparaba los perfumes, lo hace desnudarse y tenderse sobre una túnica en el suelo, y comienza a aplicarle científicamente distintas esencias desde la cabeza a los pies, provocándole toda clase de sensaciones angustiantes, hasta que el propio amante, en el colmo de su desesperación, le confiesa su infidelidad y le suplica que termine con él para expiar su pecado. Entonces ella deja caer sobre su lengua una gota de esencia venenosa y el amante muere en sus brazos. ¡Lindo! ¡No?



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