hola
> Por: CIDCAMPEADOR
> 20:36 Hs, Miércoles, 9 de Mayo 2007
Para algunos el Tantra puede parecer muy complicado. Demasiado trabajo para un simple polvo. Como aficionado a la cocina, siempre que tomo una receta nueva, no la sigo al pie de la letra, sino que trato de captar su esencia, los sabores que quiere transmitir, y la interpreto a mi modo. Quizás menos cebolla, más condimento, etc., pero con un resultado igual de bueno. Con el Tantra me pasa lo mismo. Creo que su esencia es llevarnos a que logremos transformar las cosas y los actos más banales, más terrenales, más carnales, en algo sublime, grande y bello. En el sexo, eso implica hacer de un acto animal una experiencia sublime, compartida, de entrega mutua, de mucho amor y dedicación por el otro, a tal punto que llegues a exaltar tu deseo sexual mediante esa entrega de una manera que te transporte, sin proponértelo, a un estadio de tu persona que ni soñabas. Es la entrega del uno para el otro. Es el amor entregado y recibido a través del sexo y del ansia de proporcionar felicidad al otro. Eso ... y nada más. Y nada menos. Sobre nuestras virtudes latinas. Uf. Es de sobra conocido que los latinoamericanos tradicionalmente nos jactamos de ser muy machos, muy potentes y todo lo demás. Pero también es de sobra conocido -lo indican encuestas y estadísticas serias- el alto porcentaje de mujeres insatisfechas. ¿O acaso creen que la experiencia de Flor en su matrimonio es un caso aislado? No, amigos, esos casos, si volaran, taparían el sol. Y no es un problema de tratamientos o de médicos. Es un problema de mentalidades, de egoismos, de ignorancias, de machismos. No tenemos la verdad comprada. No nos neguemos a conocer verdades regaladas.



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