hola
> Por: CIDCAMPEADOR
> 0:23 Hs, Jueves, 19 de Abril 2007
Acepto el desafío, Flor, a pesar de que pensaba guardar "silencio" por un tiempo, porque creo que he opinado demasiado. Pero bueno, aquí voy. Creo que, más allá de que los hombres le den mucha importancia al asunto del tamaño (que, consciente o inconscientemente, sí se la dan), en una considerable parte de las sociedades existe una cultura fálica. Incluso, en algunas tribus primitivas se adora -por hombres y mujeres- un símbolo fálico tallado en piedra o en madera. Al parecer, más allá de su obvia relación con la fecundidad, hay una relación con el poder, con la dominación. Y por eso, a medida que las sociedades evolucionan, y el poder comienza a repartirse entre ambos géneros, esa cultura fálica es más débil. Me parece que en las décadas de los 50 y 60 el tamaño de los automóviles en Estados Unidos, y la prominencia de sus capós, algo quería decir (y no deja de ser curioso que los autos japoneses siempre han sido más chicos)(¿!). Pero aun cuando parezca irse desterrando la cultura fálica, siempre quedan resabios, y el solo hecho de que ambos géneros tengan el asunto del tamaño del pene como algo central, aunque sea para hacer chistes, o aunque sea para enarbolar distintas opiniones, demuestra que así es. Pero no sólo en el lado masculino se da esta preocupación por el tamaño. Las mujeres se preocupan enormemente por el tamaño de sus pechos, aunque digan que es sólo para complacer a los hombres. Me consta que existen parejas en donde la mujer se ha implantado silicona contra la opinión de su hombre, que la quería tal como estaba. Pero Flor, me estoy alargando demasiado, y quiero recordar que el artículo que originó este foro no sólo hablaba del tamaño del pene. También hablaba de la técnica, de los fetiches, de las palabras obscenas en la cama, y de la frecuencia. Estos son temas que no hemos tocado, y yo intuyo que el último debe ser uno de los que más abunda en las confidencias de amigas. ¿Es así? Termino con un chiste: El primero que dijo que el tamaño no importaba fue David. (Además, parece que su piedra era realmente dura). Un gran abrazo a todos y espero no haberlos lateado.



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