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Cicatriz en tu puerta

Esta es la historia de un muchachito que tenia muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería; clavar un clavo detrás de la puerta.

El
primer día, el  muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas
que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez
menos clavos detrás de la puerta.

Descubrió que era más fácil controlar su
genio que clavar clavos detrás de la puerta. Llego el día en que pudo
controlar su carácter durante todo el día. Después de informar a su padre,
este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.

Los
días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban mas clavos
para retirar de la puerta…

Su
padre lo tomo de la mano y lo llevo hasta la puerta. Le dijo: "has
trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca mas
será la misma. Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices
exactamente como las que aquí ves."

Tu
puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo
devastara, y la cicatriz perdurara para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina
como una ofensa física.

Los
amigos son en verdad una joya rara. Ellos te hacen reír y te animan a que
tengas éxito. Ellos te prestan todo, comparten palabras de elogio y siempre
quieren abrirnos sus corazones.

COMO
LO CONOCES.

Mensaje
cortito, pero profundo:

Había
una pareja de ateos que tenían una niña. Los padres jamás le hablaron de
Dios.

Una
noche, cuando la niña tenia 5 años, sus padres pelearon y el papá le disparo
a la mamá. Luego el papá se suicidó. Todo esto delante de la niña.

La
enviaron a un hogar adoptivo. Su nueva mamá, Cristina, la llevó a la iglesia.

Ese
día la mamá le explicó a la maestra de la escuela dominical que la niña jamás
había escuchado hablar de Jesús y que por favor le tuviera paciencia.

La
maestra tomo una figura de Jesús y preguntó al salón:

"¿Alguno
de ustedes sabe quien es esta persona?"

La
pequeña niña respondió: "Yo se, ese es el hombre que estuvo tomando mi
mano la noche en que mis padres murieron."

RECUERDA
QUE UN BUEN AMIGO SIEMPRE ESTÁ CUANDO SE LE NECESITA, AÚN SI NO SE LE CONOCE.

¿Por
qué quedarnos con los brazos cruzados cuando el hombre más grande del mundo
murió con los brazos abiertos?

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