No maneje a través de un río
Está bien, no es literal, pero si usted ve que hay agua fluyendo de un extremo a
otro de la ruta y no sabe qué tan profunda es, no trate de conducir a través de
ella.
Digámoslo de nuevo, por si la lluvia era demasiado fuerte y no le permitió
escuchar la primera vez: ¡no trate de conducir a través de ella!
Cada año, los conductores desafortunados creen que sus coches no se verán
perjudicados por vadear un pequeño riachuelo de agua de lluvia, que no podría
ser más profunda de unos pocos centímetros.
Usted se sorprendería de cuántas de estas personas son barridas de la ruta y
arrastradas por la corriente del agua de lluvia, que puede arrastrarlas cientos
de metros, mientras intentan desesperadamente salir del auto y agarrarse de un
árbol para evitar desaparecer debajo de la corriente.
Es mejor esperar a que pase la tormenta y baje el nivel del agua que arriesgar
su vida, y probablemente la vida de los que viajan con usted, por pensar que un
poco de agua no le haría daño.
E incluso aunque el agua no se esté moviendo, si el fondo no es visible usted no
sabrá qué hay debajo de ella. Podría haber un bache del tamaño de una pileta.
Puede haber vidrios rotos u objetos que se cayeron de un camión. Si no puede ver
el fondo, no se arriesgue a sumergir los neumáticos, o estará arriesgando su
vida.
En este caso, frene a una distancia segura del borde del agua o, si es posible,
busque una forma de esquivarla.
No maneje demasiado rápido para las condiciones
Los límites de velocidad existen para decirnos qué tan seguro es conducir en
buenas condiciones. Cuando las condiciones son malas y las rutas están mojadas,
los límites de velocidad no tienen ningún valor.
Conduzca bien por debajo de ellos, y cuanto peor sean las condiciones, menor es
la velocidad a la que debe conducir.
El mayor peligro de conducir demasiado rápido bajo la lluvia es el “hidroplaneo”,
que
es lo que sucede cuando su coche actúa como un barco, cuando todavía está en la
ruta.
Por lo general, las llantas pueden abrirse camino a través del agua y mantenerse
en contacto con la superficie de la ruta.
Pero cuando la ruta está mojada y usted va demasiado rápido, el coche puede
comenzar a flotar sobre la superficie del agua y los neumáticos pierden contacto
con el camino.
Esto es malo. ¡Muy malo! Cuando sus ruedas pierden contacto con la ruta, ya no
se puede girar. Ya no se puede frenar. Esto es lo que sucede cuando se hidroplanea.
Y, por lo general, uno no sabe que está hidroplaneando hasta que pisa los frenos
y el coche comienza a patinar y a salirse de control. Por lo tanto, siempre es
mejor reducir la velocidad, para empezar.
¿Qué hacer si uno se da cuenta que está hidroplaneando y ya está fuera de
control? En primer lugar, no se asuste (aunque, créame, usted estará tentado de
hacerlo).
No pise el freno, porque eso sólo empeora las cosas. Deje el pie en el
acelerador, para que cualquier tracción momentánea pueda disminuir la velocidad.
Y maneje derecho. No trate de girar. Si el vehículo está yendo en una dirección
en la que usted no quiere ir, no intente evitarlo, sólo tiene que seguir a sus
ruedas. Y cuando el coche frene de repente (casi por arte de magia), volverá a
estar bajo control.
Después de esto, se recomienda bajarse del auto y tomarse un tiempo para que su
ritmo cardíaco vuelva a la normalidad. Lo necesitará.