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Aprenda a escuchar a los ancestros

Nuestros antepasados han fallecido hace mucho, pero todavía pueden decirnos mucho de sí mismos, comenzando por las partidas de defunción.

 


Por más escéptico que usted sea, podemos asegurarle que muchos muertos, pueden
decirnos bastantes cosas de sí mismos. Tal vez no sea de la forma en que lo
vemos en las películas, tal vez no halla sesiones de espiritismo, ni golpes en
las paredes, ni copas en movimiento, pero sí muchos mensajes importantes que
podemos conseguir siguiendo sus rastros.


De esta forma, si usted es lo suficientemente afortunado como para tener una
fecha de fallecimiento, podrá comenzar a buscar una partida de defunción.

Para
hacer esto, debería entrar en contacto con las autoridades administrativas del
pueblo o la ciudad en la que la persona que usted investiga ha muerto.

Averigüe
en todos los departamentos administrativos, para saber si existen expedientes en
el área donde ocurrió la muerte, o en bien otra, puesto que los mismos no
tienen, necesariamente, que estar alojados en el mismo distrito en donde ocurrió
la muerte, o en donde enterraron a esa persona.


Controle con los funcionarios del pueblo o la ciudad, para saber si se pueden
realizar copias de estos potenciales expedientes, y que costo tendrían las
mismas. Si el certificado de defunción de su antepasado no se encuentra entre
los expedientes de la ciudad, debería chequear con el archivo provincial.


En términos ideales, cualquier persona de su familia podría darle la fecha
correcta de fallecimiento de su abuela, así como la localización exacta de su
entierro. Cuando usted entre en contacto con las autoridades del pueblo o la
ciudad, y les prevea de esta fecha, no tendría que esperar más de dos semanas
para obtener una copia de la partida de defunción.


Incluso, mirando el documento detalladamente, se podría encontrar que en el
mismo se incluye la fecha de nacimiento de su abuela, junto con el nombre de su
marido.

Luego, también podría notar qué se adjunta el lugar en el que ella
nació, así como el nombre de sus padres (junto con el apellido de soltera de la
madre), y el lugar a donde ellos nacieron. Esto sería realmente maravilloso,
puesto que a partir de allí, podría comenzar a buscar expedientes del censo y la
documentación perteneciente a otros miembros del árbol familiar.


Todo esto parece relativamente sencillo. En gran parte lo es, pero también
existen algunas complicaciones que podrían efectuarse durante el proceso.

En
muchos casos, podría no encontrarse un expediente de censo que la incluya a ella
junto con sus padres. Podría ser que el encuestador, se haya olvidado de incluir
a su abuela, siendo esta muy chica, o bien por el hecho de que ella no se
encontraba en ese momento en su casa.


De esta forma, podemos ver que las partidas de defunción, pueden no decirnos
todo lo que necesitaríamos saber, para poder continuar nuestras investigación.
Por otra parte, su información puede no ser totalmente exacta, los expedientes
pueden no estar alojados en donde se pensaría, e incluso, para el año que usted
está investigando, podrían no existir.


También hay mucho para hablar con respecto al costo y la posibilidad de
ubicación de las partidas de defunción.

Cualquier manual le dirá que, para
entrar en contacto con el archivo de la provincia en la que está investigando,
debería enviarles una suma especifica, junto con la solicitud de toda la
información que usted está buscando, para que localicen y envíen el documento
que está solicitando. Hacer esto, podría ser realmente costoso e improductivo,
ya que las provincias no tienen un fluido contacto con las departamentales
locales de los pueblos y ciudades.


Pero por el contrario, existen rutas mucho más económicas y eficaces para
obtener copias de la documentación buscada, (en el caso de este artículo,
partidas de defunción), si se toma el trabajo de hacer la búsqueda por sí mismo.


Lo primero que se debe hacer, es investigar la localización donde se produjo la
muerte. Una vez que sepa bien la ciudad, y/o pueblo, podrá entrar en contacto
con las oficinas públicas de esa localidad. No sería malo enviar en principio
una carta, para que, en lo posible, vayan preparando todo lo que cuentan.


Para el caso de que su búsqueda haya sido infructuosa, y se hallan agotado todas
las fuentes de información pública, podría buscar y entrar en contacto con la
sociedad genealógica más cercana, o la sociedad histórica en esa área.

Además,
podría intentar localizar cualquier copia archivada de los periódicos locales,
publicados durante el período que está investigando, o entrar en contacto con
las funerarias locales, para saber si ellos todavía cuentan con viejos
expedientes.


Los avisos de obituarios y de la funeraria registran generalmente en sus listas
la iglesia o templo que llevó a cabo el entierro en cuestión. Dependiendo de
esas denominaciones, se podría encontrar una abundancia de información en los
archivos de la iglesia. 


Investigar un árbol familiar, puede ser una tarea maravillosa, aburrida,
excitante, irritadora… todo depende del entusiasmo que uno le ponga, y de su
ingenio para poder avanzar en la investigación, lo cual hará mantener ese mismo
entusiasmo.


Entre sus ancestros, podrá encontrar héroes, líderes, cobardes, o criminales. La
búsqueda puede llegar a ser adictiva y muy consumidora, pero digna de grandes
esfuerzos.


Por su parte, la búsqueda de documentación (en esta caso las partidas de
defunción) es muy importante, por que prueban de donde venimos, quiénes
estuvieron antes que nosotros, y en qué contribuyeron.

Pero, en resumidas
cuentas, las partidas de defunción, solo prueban lo que somos nosotros en la
actualidad. La persona por la que fue confeccionada, ya murió, pero puede
ayudarnos “hablándonos” desde estos documentos, para conocer mejor nuestra
propia identidad.