Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Amigos controladores

Los amigos controladores son peores que las parejas. Están siempre pendientes de lo que se hace o deja de hacer y no dan respiro alguno. ¿De qué modo es posible lidiar con ellos y sobre todo, establecer límites?


En algunas ocasiones, los
amigos pueden convertirse en una verdadera pesadilla
de la cual no es fácil liberarse. El pasar mucho tiempo con ellos, les concede
atribuciones que no han sido delimitadas concretamente sino que se mal entiende
que están implícitas en la relación de amistad.

“Es un error creer que a un amigo hay que permitirlo todo. Cada uno debe
establecer qué tipo de vínculo desea tener con sus amigos, y es altamente
recomendable que se fijen los límites ya que por más
afecto que exista de por
medio, no debe haber lugar para la asfixia o la persecución
”, comenta la
psicóloga uruguaya Candela Parques.


La obsesión entre amigos también existe. “Hay individuos que no soportan
compartir y requieren de una exclusividad que no es posible prometer. Los amigos
controladores son generalmente egoístas y no están dispuestos a entregar tan
fácilmente a otros lo que consideran propio.

Tratan a los demás como un objeto que hay que poseer y están todo el tiempo
pendientes de los movimientos, de los horarios y de todas las actividades para
no perderse nada y participar e inmiscuirse lo más posible en la vida del otro”
,
continúa diciendo la especialista.


Lo primero que hay que hacer es establecer un límite que no se debe cruzar.
“Muchas veces causa pena por a amistad que une a ambas personas, pero es que si
no se toma el toro por las astas, tarde o temprano la amistad terminará por
truncarse”,
destaca la psicóloga.


Si el amigo es realmente nuestro amigo, entenderá la situación. “Un verdadero
amigo podrá comprender que estamos siendo víctimas de un comportamiento
exagerado y que de nada nos sirve la asfixia a la que estamos siendo sometidos.

La intención no es que se aleje de nuestro lado, sino que nos de aire y sea
lo suficientemente generoso para cambiar de actitud
”, revela la experta.


La colaboración entre ambas partes es fundamental para lograr un resultado
favorable. “No hay por qué tolerar una situación cuando nos sentimos
perjudicados. La verdadera amistad se basa en poder expresar lo que sentimos sin
herir a nadie.

El arma más poderosa que podemos tener es la palabra y lo mejor que se puede
hacer en estos casos es sentarse y explicar lo que está ocurriendo y lo que
queremos que se cambie
”, determina Parques.


Pasos a seguir:


1.- Clarificar lo que está sucediendo para poder accionar en consecuencia.


2.- Frenar el problema rápidamente. “Establecer un dialogo con la persona
involucrada y explicar lo que está pasando. Es importante mantener una postura
abierta en donde se pueda mediante ejemplos dejar muy en clara la posición
”,
finaliza diciendo la psicóloga.