Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Vertebroplastia, una nueva esperanza para combatir el cáncer óseo

Creada como terapia para reforzar las vértebras dañadas, la vertebroplastia acrílica percutánea ha demostrado ser también muy útil para combatir el cáncer óseo. Aquí, su historia y sus posibilidades.

Corría el año 1986 y en
Francia se aplicaba un original técnica que permitía tratar de una manera mucho
menos dolorosa y mucho más efectiva las afecciones óseas, como por ejemplo la
osteoporosis.

 La técnica, denominada
vertebroplastia acrílica percutánea
, consistía en inyectar un cemento
acrilico en el interior de las vertebras, para corregir así los daños producidos
en esas zonas del cuerpo.

 Esto se lograba gracias a
que el cemento acrílico reparaba las micro-fracturas y eliminaba el dolor,
reforzando además los huesos en cuestión y evitando nuevos daños.



 
Descubrimiento sorprendente

 Pero cuando esta técnica
comenzó a ser utilizada en vértebras dañadas por tumores, los médicos pudieron
observar que el cemento acrílico, al fraguar en setenta grados, además de
reparar la vértebra también invadía los tumores intra-óseos, ya que se
distribuía por sus tejidos para luego solidificarlo, y, en el camino también
mataba a las células cancerosas. 

Además, al disminuir el
riego de que aumente el volumen tumoral, se disminuía también la posibilidad que
se comprimieran zonas más delicadas, como la médula espinal, lo cual es muy
importante para la salud general del paciente.

 Aunque aún no se conocen
las razones de tales efectos, gracias a este descubrimiento comenzó a surgir una
nueva terapia contra el cáncer, y actualmente se realizan estudios para comparar
las inyecciones de cemento acrílico con la radio y la quimioterapia, con el fin
de evaluar sus capacidades como tratamiento antitumoral.  

 Lo que es seguro, es que
la vertebroplastia abrió el camino para nuevas investigaciones para combatir las
afecciones oncológicas a partir de la utilización del calor.

 Actualmente, por ejemplo,
algunos de  los mismos científicos que desarrollaron esta técnica investigan la
posibilidad de activar, desde el exterior, una nanopartículas (partículas muy
pequeñas) implantada en las zonas alcanzadas por el cáncer, para que mediante
campos electromagnéticos, se puedan irradiar determinadas temperaturas que
tengan efectos similares a los descriptos anteriormente.