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Técnicas para mejorar la concentración

Mediante algunas sencillas técnicas, es posible optimizar la capacidad de atención y concentración y potenciar la calidad de tus labores diarias

Uno de los inconvenientes que más afectan el rendimiento y la eficacia de las tareas es la falta de concentración. Hay personas que se dispersan con mucha facilidad, pero lo que no saben es que esto les ocurre por tener malos hábitos que influyen negativamente y que por este motivo, la atención se ve disminuida.

Consejos prácticos para mejorar la concentración

1.- Eliminar el ruido del alrededor: los sonidos son una fuente de constante distracción.  Si se trabaja con el ordenador, lo más indicado es mantener cerrados todas aquellas aplicaciones sociales que interfieren con el trabajo. Si tampoco se necesita el correo electrónico para trabajar, lo conveniente es mantenerlo cerrado y así no tentarse y leer o contestar mensajes de índole personal.

2.- Mantener el orden es fundamental a la hora de querer concentrarse: el escritorio o el ámbito de trabajo o estudio debe contener los materiales necesarios. Todo aquello que se necesite debe estar al alcance de la mano. Si es preciso, hay que organizar todas las herramientas la noche anterior para poder disponer de ellas cuando así se requiera y no se tenga que perder tiempo buscándolas.

3.- Organizar las tareas con tiempo: no es adecuado organizarse en el momento en que deben ejecutarse las labores. Éstas deben estar ya definidas. Lo más apropiado es realizar una lista con tiempo para determinar cuáles serán las prioridades del día. De este modo, será más fácil comenzar a trabajar, estudiar o realizar actividades y la concentración será más sencilla de adquirir ya que no se estará pensando en otra cosa.

4.- Muchas veces, la concentración se pierde debido a un bloqueo: Lo peor que se puede hacer es postergar la tarea por no saber cómo llevarla a cabo. Una manera de poder enfrentar ese obstáculo es dividir la labor en partes, si se puede, conversarlo con otras personas para poder encontrar una salida sin que el impedimento quede sin resolver y la dispersión lleva a una falta total de eficacia.

5.- El descanso es fundamental: Una mente despierta y descansada tiene mayores probabilidades de concentrase y  de rendir al máximo. Es importante poder ir adquiriendo un hábito adecuado si se está bajo mucha exigencia intelectual. Es indispensable alimentarse adecuadamente y acostarse a una hora acorde al descanso que se necesita según sea la actividad a desempeñar al día siguiente.

6.- Ser paciente: La ansiedad puede jugar una mala pasada. El querer hacer todo rápido y terminar lo antes previsto con las tareas no sólo predispone a la desorganización sino que facilita la falta de concentración. Es un error pensar que es posible encargarse de todas las tareas al mismo tiempo. Hay que saber concentrarse en cada una en particular para que la productividad sea la esperada.

7.- Empezar el día con tranquilidad: Sentarse frente a la lista de obligaciones y respirar varias veces antes de afrontar las tareas. Éstas deben ser abordadas una a una sin perder la calma. Lo mejor que se puede hacer para ir adquiriendo una buena concentración es que las ocupaciones sean cortas y luego de efectuar cada una, lo indicado es tomarse un descanso para recargar energía, dispersar la mente y volver a la actividad con la atención puesta donde debe estar.

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