Todos los hombres tenemos algo en común en este mundo:  la vida. Y a pesar de que podamos vivir de muchas diferentes formas todos tenemos un mismo objetivo: la felicidad.

Cada hombre busca entablar una perfecta armonía con lo que lo rodea, por lo que suele interactuar de cualquier forma con cualquier cosa que pueda amenizar o socavar su vida normal.

Siempre hay algo que influye sobre lo que hagamos o dejemos de hacer, por lo que cada cosa suele representar el acto involuntario de algo hecho o no.

Tratamos de entender, de hacernos todo mas fácil y de buscar la manera mas conveniente de implementar cosas nuevas en nuestra experiencia del vivir, pero siempre atentos a que esas cosas vayan encaminadas hacia el bienestar personal en primer lugar, pero sabiendo que repercutirá -como consecuencia- en los demás

¿Quién eres?

Tú eres esa persona que quieres ser, ese sueño que nadie salvo tú puede desvanecer.

Tú eres lo que crees que eres porque así es mas fácil, porque en primer lugar eres tú, no eres otro, tú eres único e intransferible.

Representas algo en este mundo, y debes tratar de que ese algo sea de tu conveniencia. No pienses por ahora si eres lo que en verdad quisiste ser, piensa en lo que eres realmente y piensa desde ahí, y di que eres de verdad afortunado porque te conoces.

No eres quien para automaltratarte y afirmar que no eres nada. Tú eres mucho y de seguro alguien depende de ti emocional, física y mentalmente, y por ello eres lo mejor que por ahora tú puedes ser.

Tú puedes autorealizarte y puedes llegar a crecer mucho, pero siempre serás… tú. 

Eres una esencia, algo invariable, algo de todo, algo que tu sabes que está ahí pero no sabes que es. Es eso que hace que le caigas bien a unos y mal a otros, eso eres tú.

Piensa primero en ti, tú eres el responsable de lo que haces porque nadie hace las cosas desde ti.

Mira todas tus posibilidades y te darás cuenta de que dependes de mucho, que muchas cosas actúan sobre ti, que para que seas hay muchas cosas que tienen que unirse en un gran esfuerzo .

Ocupas un lugar en la existencia humana y eso ya te hace alguien importante.

Ahora sí, pregúntate, ¿quien eres tú?

Por Javier Mauricio Prieto Herrera 

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