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¿Qué son los Vedas y la filosofía védica?

Nuestro cuerpo y nuestro espíritu: abordaje desde la filosofía védica

La palabra Veda significa conocimiento. En la actualidad, utilizamos el termino “ciencia” para identificar el tipo de conocimiento autorizado en el cual, se basa el progreso humano.

Sin embargo, para la antigua civilización de la India, la palabra Veda tenía un significado mucho más profundo, que la palabra ciencia tiene hoy en día para nosotros. Esto es debido a que en aquellos tiempos, las investigaciones científicas no se encontraban restringidas al mundo que percibimos a través de los sentidos físicos.

Y la definición del progreso humano no se limitaba a la masiva explotación tecnológica de la naturaleza material. En los tiempos védicos, el principal objetivo de la ciencia era lo eterno, no lo temporal; el progreso humano significaba el despertar de la espiritualidad, dando lugar a la liberación del alma que se encuentra atrapada en la naturaleza material, la cual es temporal y esta llena de ignorancia y sufrimiento.

Todos tenemos que entender la diferencia entre conocimiento e ignorancia, amor y odio, luz y oscuridad, en definitiva Felicidad y aflicción. Sin duda el conocimiento nos va a acercar cada vez más a la Felicidad.

Así podemos resumir la finalidad del conocimiento Védico.

Si queremos saber de la vida tenemos que conocer de la muerte, de lo contrario nuestro conocimiento es limitado e imperfecto.

Obviamente hay una diferencia entre el cuerpo y el alma, y conocer acerca de ello es parte de nuestra preocupación particular cuando hablamos de buscar el conocimiento. Para comenzar un análisis inteligente y serio es necesario establecer parámetros y reglas de juego.

Primero tenemos que aceptar que existe una diferencia entre el cuerpo físico y el espíritu o alma, de lo contrario no hay discusión posible. Una vez aceptada esta premisa tenemos que dejar de lado nuestras creencias y hablar desde la lógica que puede variar incluso por nuestra cultura o costumbres.

Sin embargo hay algo en común para todos los seres humanos, y que nadie puede negar; y eso es que todos nacemos y todos morimos.  Si podemos resolver este misterio todo lo demás se vuelve más sencillo.

La naturaleza de la materia, según el conocimiento Védico, es que perece, se termina, la naturaleza del alma es la eternidad. Sea cual sea nuestra cultura esto no cambia. El cuerpo humano siempre ha muerto… Sin embargo el alma no muere, y evidentemente pertenece a una energía superior. Entonces también podemos agregar la presencia de un ser original o Dios que le de sentido a todo.

Las escrituras Védicas explican que detrás de toda energía hay un energético u origen de esa energía, y como nosotros somos personas obviamente ese origen debe ser personal. Así como una persona da origen a otra persona, Dios es el padre original de todas las entidades vivientes.

Como creador también ofrece un manual de instrucciones para desenvolverse correctamente en este mundo material y por lo tanto deja diferentes escrituras en todo el mundo para que de acuerdo a nuestra forma de pensar podamos entender la naturaleza espiritual, respetando así nuestro libre albedrío.

Los Vedas explican también que hay “cuatro eras” así como cuatro estaciones y que cada una tiene una naturaleza particular. La era dorada o Satya Yuga, la era de plata o Dvapara Yuga, la era de bronce o Tetra Yuga y la era actual que es Kali Yuga o era de hierro.

Cada una de estas eras cuenta con cualidades características, y la era de Kali se refiere a la falta de cualidades o bien a las cualidades de riña e hipocresía. Así como podemos predecir que en invierno hará frío, también podemos decir que en Kali Yuga es muy natural que haya corrupción, maldad, egoísmo, que los seres humanos se ocupen de su auto destrucción, y que la vida espiritual, la vida sana y la verdad se consideren el opio de los pueblos.                                                              

Este conocimiento existe para alejarnos de Kali y establecer dentro de esta era un tiempo de Sathya o verdad como fue en la era de oro. Esto está predicho y depende de cada uno de nosotros entender que el bien y el mal existen y es hora de ponernos a considerar en cual de los lados queremos estar.

Por Ramya Maya Das

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