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¿Qué será de mí si mi relación de pareja se termina?

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Es casi imposible exagerar el nivel de angustia y los sentimientos de fracaso asociados a una ruptura afectiva que pone fin a la relación de pareja.

Además
del dolor causado por una
separación o divorcio, para muchos es el temor a ser juzgado por la sociedad lo que mas los
angustia, ya que desde una
perspectiva totalmente ajena les asigna una cuota de culpabilidad por haber dado
fin a la relación.

En
muchos casos, los sentimientos de fracaso y culpa son asimismo experimentados
por aquellas personas cuyas relaciones han terminado debido al deceso de su cónyuge.

De todos modos, junto a los sentimientos de fracaso, es muy común que la
persona también experimente un marcado sentido de perdida luego de la disolución
de la relación.

El
sentido de “conexión” y “pertenencia” son deseos muy reales y básicos propios de la condición humana. Para la mujer, la relación de pareja
puede incluso llegar a representar su propia identidad y en ciertas comunidades
su posición dentro de ellas esta totalmente definida por su relación.

Lo
cierto es que una ruptura afectiva es dura de sobrellevar, y para la mujer esta
puede llegar a jugar un rol muy importante en lo referente a la disminución de su
autovaloración y autoestima. Esto se debe a que para la mujer su sentido de
“ser” esta directamente ligado a la calidad de sus relaciones con otros.

¿Entonces,
qué se puede esperar cuando la relación se termina?

Si
la relación terminó de común acuerdo y la decisión fue aceptada por ambas
partes de una manera amigable, las partes sin duda experimentaran dolor, pero
los sentimientos de fracaso y culpa serán menores.

El sentido de perdida será
mucho mayor si la relación se termino por fallecimiento o como resultado de
incompatibilidad, infidelidad, ira, hostilidad, abuso emocional o físico, etc.

Lo
cierto es que los sentimientos asociados con la disolución de la relación
puede llevar al individuo a revivir ciertos aspectos de una anterior etapa en su
vida, probablemente la adolescencia, cuando la persona recién comenzaba a
interesarse y a relacionarse con el otro sexo, ya que durante esa etapa es
cuando el ser humano tiene sus primeras experiencias reales de ansiedad e
inseguridad acerca del interés que pueda o no despertar en otros.

Pero
en si, la ruptura de la relación de pareja se torna muy difícil para la mujer
en especial cuando esta ya ha entrado en la “época de plenitud”, es decir pasados los 35 años. Esto se debe
a que desde una perspectiva cultural, la mujer ha crecido convencida de que para
sentirse “completa”, necesita la presencia de un hombre en su vida.

Por lo
tanto, una termina creyendo que si no tiene a alguien con quien compartir su
vida, es mejor conseguir a alguien antes de que sea demasiado tarde.

Muchas
de las mujeres que se encuentran sin pareja ya sea por un periodo corto o
prolongado, ciertamente no planearon que sus vidas se tornaran de ese modo; pero
lo que es importante recordar es que la manera en que una mujer decide dirigir
su vida durante esos periodos puede determinar su propio auto-crecimiento o su
regresión.

A
lo largo de la historia, las mujeres siempre demostraron gran fuerza emocional y
entereza durante los momentos difíciles, pero cuando la mujer entra en una
relación de pareja, quizás por razones meramente culturales, ella comienza a
depender de y a relegar su fuerza al hombre.

De ese modo, cuando la relación se termina, ya sea por separación,
divorcio o fallecimiento, ella comienza a sentir que emocionalmente su capacidad
para enfrentar tal situación se ve disminuida y de esa manera no logra darse
una oportunidad para seguir creciendo como individuo.

Dada
esta realidad, ¿que puede entonces hacer la mujer? Pues podríamos decir que hay dos caminos posibles:

1) Puede salir a buscar una
nueva pareja inmediatamente, algo que de hecho no es lo mas recomendable ya que
al no estar emocionalmente preparada, casi siempre se corre el riesgo de aceptar
en la vida a alguien que quizás termine causándonos mas dolor que alivio; 2)

Ella puede darse tiempo para enfrentar la situación al mismo tiempo que planea
su propio camino a seguir a través de su crecimiento personal, dándose así la
posibilidad de convertirse nuevamente en un individuo independiente y seguro de
si mismo.

Una vez que
ha llegado a este punto a través de la adquisición de ciertas destrezas
importantes que también le serán de gran utilidad cuando llegue el momento en
que ella decida reiniciar una nueva relación, podrá sentirse lo
suficientemente segura para, si así lo desea, encontrar a la persona indicada
para que esta sea parte de su vida y tener una relación que realmente la
satisfaga y la haga sentir plena.