Comenzando por la ropa, pasando por la manera de hablar, y
terminando en las amistades, hay madres que se mimetizan y comienzan a parecerse
cada vez más a sus hijas adolescentes.
Pero para los psicólogos estas actitudes están lejos de ser
mera complicidad entre madre e hija. En realidad se trata de una competencia que
estalla en general cuando unas se encuentran al borde de la menopausia y las
otras en pleno desarrollo hormonal. Y en estos casos es la medre la causante del
conflicto.
Este problema se ve muy seguido, sobre todo en madres
divorciadas o viudas. Estas padecen una sobrevaloración de la juventud y de la
imagen corporal. Lo que buscan es detener el paso del tiempo y para eso apelan a
recursos como usar la misma ropa que sus hijas o pasar hambre para lograr la
misma figura.
Esta competencia tiene dos caras: por un lado estas madres
buscan verse igual de jóvenes que sus hijas, y por el otro quieren seguir siendo
deseadas por los hombres.
Por lo general, esta competencia se da en los hogares donde
falta la figura masculina, que es habitualmente quien calma los ánimos. También
en su gran mayoría son mujeres que no tuvieron un desarrollo profesional o
laboral, que se dedicaron exclusivamente a ser amas de casa. Su único atractivo
se basa en el atractivo erótico, lo único que hizo sentirlas alguna vez
valiosas, y hoy sienten que están siendo desplazadas por sus hijas en esa
materia.
Siempre la competencia surge del lado de las madres. Las
hijas en realidad no encuentran motivos para competir con sus madres. Pero lo
que sí hacen, muchas veces como reacción, es denigrar o descalificar a sus
madres.
Cirugías plásticas
Otra modalidad de estos tiempos es recurrir a las cirugías
para mejorar el cuerpo y así emparentarse con sus hijas adolescentes.
Las mujeres suelen recurrir a las cirugías estéticas cuando
se encuentran en una etapa de crisis. Y estas crisis pueden haberse originado en
la entrada en la edad madura, un cambio de pareja o incluso algún conflicto con
sus hijas.
¿Cómo hacer para dejar de competir?
1.
Reconocer que está compitiendo con su hija.
2.
No debe apoyarse o buscar consejos en sus hijas. No debe transmitirle sus
problemas.
3.
Debe tener amigas de su edad.
4.
Conformarse con su propio cuerpo y sus logros personales.
5.
Si no se encuentra satisfecha, replantearse qué puede hacer para mejorar
su vida.
6.
Valorarse. Puede hacer una lista con cosas positivas de su persona.
7.
Replantearse que sigue siendo una mujer y que puede mejorar su
sexualidad. No debe pensar que su vida sexual terminó.
8.
Todo lo que su hija le diga que la ayude a crecer interiormente.
9.
Saber que cada una ocupa su lugar en la vida de la otra.