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Potpurrí de memorias

Anécdotas personales de una vida agitada.

Hoy sacaron a la
pista el Torino que estaba preparando Luis Di Palma.

Y
te digo del Torino, porque tuve dos de ellos, y corrí un par de veces con el de
Cacho Ruesch, en una época en que se enfermó, y es un auto, que, si no gastara
tanto, sería un lujo tener.

No
por nada hay quienes lo siguen teniendo (pero a gas) para viajar, porque es tan
cómodo como estar en el living de casa.

Yo
viajaba a Bariloche al menos una vez por mes en esa época y, manejando solo,
hacía el viaje de un tirón: mi mejor tiempo (con desvío por la construcción
del Chocón incluido), fue de 11½ horas, Bariloche-Belgrano a 170 kph con gomas
Firestone Campeón de Lujo, ni siquiera radiales! Para 1609 km no está mal…

Nunca
me han gustado las Fiestas, desde que en una Navidad, cuando estudiaba en
California, con un compañero y amigo guatemalteco apenas juntamos u$s 0.31
entre los dos, lo suficiente para comprar un atado de Camel y caminar ida y
vuelta de Santa Clara a San José, (14 millas en total) mirando cómo se divertían
los demás, o la Navidad que pasé en Casa de Gobierno, de guardia en
Granaderos, brindando con mate, que era lo más fuerte que teníamos.

La
otra noche me dolía haber dejado el trago, y, al final, encontré una botella
de sidra y una de champagne nacional (malísimo) que ahora están en la
heladera, a la espera de que nadie se me muera el 31, para poder tomarme un
trago de algo más fuerte que Tang…

 Hace
poco me rompí la muñeca. Pero ya tengo experiencia, ya que es la 3ª vez que
me hago de goma la misma muñeca: la 1ª, en un accidente de auto, cuando, en
medio de una lluvia, en California, me tragué de atrás el auto de un
"deputy sheriff" al que le borré el baúl.

Si bien él reconoció que
había hecho mal en parar para doblar a la izquierda en una ruta de 2 manos (ida
y vuelta), la ley indicaba que yo tenía la culpa, ya que recae sobre el que
choca de atrás, y tuve que asumir la responsabilidad, aunque me hiciera bolsa
ambas muñecas, doblando la barra de dirección y volante, hasta tocar el techo
de mi auto; la 2ª, practicando para el 9 de julio en Granaderos, en que mi
caballo se boleó hacia atrás en plena Libertador, y, para no quedar aplastado,
ni hecho una brochette con el sable, me tiré hacia la derecha, pegando con la
empuñadura contra el pavimento, y haciéndome bolsa la muñeca de nuevo; y ésta
es la 3ª…