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¿Por qué la música?

En la educación, como en cualquier otro ámbito de la vida, la música tiene un poder especial. ¿De dónde proviene? y, sobre todo, ¿en qué me puede ayudar?



¿Por qué la música?


¿La Música?…… Sí, por supuesto, algo que nos rodea desde el vientre materno,
que a fuerza de familiar nos parece que el mundo nació con ella y, quizá, no
estemos equivocados.


En los albores del hombre, después de largos períodos de barbarie, cuando las
necesidades básicas ya no eran el día a día y algunos comenzaron a intuir, a
sentir y admirar la grandeza de la creación, a trascender la bestia que grita
hasta alcanzar el ser humano que canta, se produjo el descubrimiento de un
regalo que Dios tenia reservado a la humanidad: la Música.

 


Todas las civilizaciones comparten la creencia de que la música proviene de Dios
(de los dioses ) y de hecho ha sido, y es, parte importantísima de todos los
cultos religiosos de la tierra.

 


El canto une a la comunidad, la música eleva, emociona, inclina al recogimiento,
o sentimos con más fuerza el poder del Creador cuando el poderoso sonido del
órgano nos invade y avizoramos que la vida siempre dominará a la muerte.

 


El maravilloso poder de la Música en nuestro mundo tecnológico se ha
incrementado con


extraordinarios descubrimientos que amplían su campo de acción en áreas tan
importantes como la Medicina y la Educación.

 


Por un lado y a través de investigaciones que se extienden por más de 40 años,
se ha hecho innegable el valor de la música como elemento terapéutico en todas
las áreas médicas, desde la fisiológica hasta la psiquiátrica y psicológica, en
el tratamiento y curación de depresiones, paranoia, esquizofrenia, etc. , así
como también en la ayuda importante en casos de cáncer y otras patologías que
aquejan terriblemente al ser humano.

 


Por otra parte, y es lo que más me compete como educador, la música nos brinda
un abanico de posibilidades en el mejoramiento de la personalidad, el desarrollo
espiritual y un determinante incremento de las habilidades intelectuales, esto
último corroborado por experimentos y estadísticas que no dejan lugar a dudas.

 

La capacidad que tiene la música para
la formación del joven cerebro desde que estamos en el seno materno ha sido un
tema fascinante de observación y experimentación que nos lega el S. XX y que
continúa en el XXI para ayudarnos a entender la importancia que reviste este
tema en nuestra vida y desarrollo como profesionales en cualquier campo con una
capacidad mejorada e incrementada constantemente con la dinámica musical, ya sea
en forma pasiva (escuchar), o de una manera más potenciadora de nuestras
capacidades como es la forma activa, es decir, ejecutando la música.

 


El futuro es infinito y prometedor y sin duda alguna está en juego la gran
posibilidad de que la humanidad crezca en ambos sentidos, espiritual e
intelectual, hacia cimas no alcanzadas jamás.

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