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¿Es este mi Príncipe Azul?

Una nueva relación nunca es algo fácil de enfrentar. Genera dudas, temores e inseguridades. Pero una nueva relación también puede ser “la” relación.

El
comienzo de una nueva relación es uno de los momentos en que más nos vemos
afectados por todas las experiencias previas que tenemos. Los miedos y las
inseguridades amenazan con destruir a cada paso la que puede ser la fuente de
nuestra felicidad. 

No solo debemos estar preparados nosotros, si no que también el
momento tiene que ser el ideal y nada debe recordarnos los anteriores fracasos
(que a todos nos ocurrieron) que podamos haber tenido. La calma debe reinar en
nosotros. Solo en esa situación podemos decir que estamos listos para enfrentar una nueva relación. 

Estado de paz 

Supongamos
que estamos en esta situación en la que sabemos qué queremos, en la que la
nueva relación no es sólo un capricho, sino una necesidad. Y que además podemos
dedicarle a la relación todo el trabajo que necesita, que estamos en
situación de asumir el nivel de compromiso necesario para el éxito de la misma.

Bien,
si es así, la pregunta que se nos presenta es cómo saber qué persona es la
ideal para nosotros, con quién seremos capaces de crear este nivel de cercanía
que conduce al éxito como pareja. 

Cómo saber, en definitiva, cuál es la persona
ideal. 

Compromiso 

Al
conocer a una persona nueva, que nos agrade y a la que parezcamos agradarle lo
suficiente como para plantearnos la posibilidad una relación, lo que debemos
preguntarnos es si esta persona parece estar lista o desear el tipo de
compromiso que buscamos. Preguntarnos si es la persona ideal, pero también si
puede no ser la persona ideal.

Los
datos indican que la tasa de divorcios es muy alta, con lo cual podemos pensar
que muchas personas se dan cuenta tarde de que la otra mitad de su pareja no
era la persona ideal. 
Para tratar de evitar esto, debemos tener cuidado en
nuestras decisiones, sin apurarnos y considerando todas las preguntas que nos
hagamos y las respuestas que nos demos. 

Honestidad 

Al
preguntarnos y contestarnos, y teniendo en cuenta que, después de todo, lo que
esta en juego es nuestra felicidad, debemos ser totalmente honestos, tanto con
nosotros mismos como con nuestra potencial pareja. 

Es importante saber lo que
queremos, lo que esperamos de la relación y de la vida en general, saber si
nuestras metas y deseos son compatibles. 

Debemos, también, ser capaces de
discutir todo con la otra parte: sueños, anhelos, esperanzas en la vida, deseo
de tener hijos o no, miedos, ideas políticas, arte, religión, estilo de vida,
hobbies, finanzas, todo lo que respecta a nuestras vidas, para ver si realmente
hay química y confianza, sin lo cual una relación es totalmente imposible. 

Muchas relaciones mueren porque estas bases no están establecidas firmemente.
La honestidad y la verdad son lo más importante. Las mentiras y los pequeños
engaños matan irremediablemente  a la
pareja. 

¿Cómo
decidir si es ideal o no?
 

No
hay una formula, esa es la verdad, que nos haga esta decisión más sencilla o
personal. 

Es cierto que existen tests, libros y pruebas de compatibilidad en
revistas que tratan de tocar este tema y ser de ayuda. No es que usar este tipo
de ayudas este mal o tenga algún efecto contraproducente.  Pero no hay que
tomarlas muy en serio, o morir por ellas. 

Hay gente que sale una vez con una
persona y ya la está obligando a tomar una de estas pruebas. Esto no sirve, ya
que, como personas, nuestros estilos son únicos. No hay dos personas iguales,
por lo tanto no hay dos relaciones iguales. 
Lo cual indica que ninguna de estas
pruebas puede ser dueña de la verdad absoluta.

La
realidad marca, tal vez tristemente o tal vez por suerte, que cada uno tiene
que encontrar su propia “prueba”, su propio método para conocer a la otra
persona, para entender qué tipo de persona nos conviene y con cuál queremos entablar una relación sólida y estable. Y esto lleva tiempo. 
No
hay forma de que una página en una revista, por alto que sea el puntaje que se
consiga, nos dé la respuesta definitiva a esta problemática.

Sin
embargo, se puede saber mucho mas rápidamente y con gran facilidad si una
persona no es la ideal para nosotros: nuestros instintos en este área no suelen
fallar. 

Conociéndonos 

Una
cita se parece a una entrevista de trabajo. Mientras que algunas personas son
geniales en la primer cita, otras pueden no hacerlo tan bien. Pero esto no las
descarta automáticamente. 

En general, si uno siente que la otra persona no es
una pérdida total de tiempo, si en algún rincón uno piensa que vale la pena el riesgo de perder una noche, lo mejor es intentar con una
segunda o tercer cita. 
Una persona que no nos haya resultado impactante en un
primer encuentro puede resultar realmente espectacular luego. Cualquiera puede
ser la persona ideal.

No
hay una regla que indique que, al encontrarse por primera vez con la persona
ideal, sonarán violines y se verán fuegos artificiales. Eso solo pasa en las
películas. Pero es muy probable que sintamos algo desde el primer momento, como
una corriente eléctrica atravesándonos. 

El amor a primera vista existe, pero sólo con trabajo posterior. Algunas personas se encuentran y saben
inmediatamente que estarán juntas para siempre. Y veinte años después siguen
juntas, sin que su amor se haya perdido en lo mas mínimo con el paso de las
décadas.

Todo
esto es verdad, pero también es verdad que, para la mayor parte de las personas
esto no pasa. 
En general, la mayor parte de nosotros necesitamos probar muchas
veces, conocer a muchas personas equivocadas y cometer nosotros mismos muchos
errores antes de conocer esa persona con la que permaneceremos juntos, sin
nunca separarnos.

Encontrar a la persona ideal es un trabajo a tiempo completo,
pero es un trabajo que, cuando los resultados aparecen finalmente, bien vale la
pena.

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