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El baile: una terapia divertida

El cielo celeste, las nubes, el sol brillante que no encandila… están bailando y no parece. Quien puede quitarles esa sensación, se sienten libres y lo son. No importa su edad ni su físico… bailando recuerdan, bailando viven…

Muchas
personas mayores practican esta actividad, como forma de volver a sentir algunas
sensaciones olvidadas o que simplemente nunca habían experimentado. La mente se
relaja y el cuerpo olvida sus enfermedades y preocupaciones.

Al
bailar, nos relajamos y la
actitud corporal mejora. Se conocen nuevas formas de
movimiento, y uno puede relacionarse con otras personas en un clima de fiesta,
diversión y alegría. La persona mayor disfruta del momento por ser único, el
ambiente agudiza sus sentidos mas profundos y aliviana las preocupaciones momentáneamente.

El
ánimo y el baile

El
ánimo
mejora incluso la relación personal y la forma de convivir consigo
mismo. Aumenta el incentivo para la creatividad, ayuda a tomar decisiones, a ser
mas espontáneos, mas autónomos y a alejarse de la depresión, frustración y
soledad.

Tomar
clases de baile alimenta el interés por iniciar un nuevo camino de aprendizaje.
De tener nuevos incentivos, nuevos intereses, de aprender a comunicarse de otra
forma, a estudiar como en épocas pasadas, de volver a creer en uno mismo y
ponerse a prueba, de volver a conocerse.

También
es una forma de emplear el cuerpo como medio de expresión que involucra
necesariamente la relación con otras personas. Riéndose, jugando, empleando
los sentidos.

La
relajación

Las
personas mayores que practican esta actividad, consiguen relajarse y recuperar
la alegría perdida y tener una regularidad que le permite olvidar las
consecuencias del envejecimiento y sentirse joven nuevamente.

También
es una excusa para combatir la quietud y dejar de lado ciertos problemas
emocionales. Bailar es conocerse a uno mismo y a otros, es proteger su salud y
prevenir la enfermedad, teniendo en cuenta los beneficios físicos que provee.

No
debe olvidarse tampoco, que muchas personas mayores tienen verdadera pasión por
el baile, y que una gran mayoría de ellas, deja la actividad por considerarse
“demasiado viejos” para eso. Al respecto, los especialistas recomiendan todo
lo contrario.

Todo aquel que tenga la posibilidad de moverse, puede bailar,
y hacerlo le permitirá mejorar su estado, físico y mental.

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