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La vida en el country aumenta la ansiedad social

El hecho de vivir en un country o barrio cerrado provoca, en la mayoría de los casos, importantes cuotas de aislamiento social…

El Centro de Estudios Especialista en Trastornos de Ansiedad (CEETA), con sede en Pilar -uno de los distritos con mayor concentración poblacional en countries y barrios privados-, asegura que la vida dentro de estas urbanizaciones puede producir ansiedad social, y que en los últimos años, la cantidad de consultas por esta patología aumentaron considerablemente.  

Según el CEETA, el hecho de vivir en un country o barrio cerrado provoca, en la mayoría de los casos, importantes cuotas de aislamiento social, sobre todo en los que no disponen de estructuras edilicias que propulsen la actividad social, lo que puede acarrear problemas en relación a lo anímico. 

“Los vecinos, viven en contacto con la naturaleza, lo que provoca bienestar y tranquilidad, pero, en general, están sumidos en la soledad social, lo cual acarrea diversas consecuencias en el terreno anímico: genera más sensaciones y síntomas de ansiedad, para quienes tienen la predisposición genética de padecer algún trastorno de ésta índole, con estados de angustia concomitantes”, afirma la Lic. Gabriela Martínez Castro, directora del CEETA. 

También, la Licenciada resalta que “no resulta casual que con el rápido crecimiento de cantidad de barrios cerrados y countries que se ha producido en estos últimos años, ha sido proporcional la tasa de crecimiento en consultas en el CEETA por parte de personas con trastornos de ansiedad”. 

Estilo de vida “country”  

En general, el individuo que sufre de ansiedad social no logra permanecer solo y desplazarse fuera de la casa por temor a padecer una crisis.

Por otra parte, si teme entablar vínculos con otros, por temor a ser rechazado o a hacer un papelón, el estilo de vidacountry, favorece aún más el desarrollo del trastorno de ansiedad social, o fobia social, sumiéndolo cada vez más en el aislamiento. 

“Tanto el trastorno de pánico, con sus crisis o temor a padecerlas, como el caso de la ansiedad social, y la timidez extrema que la caracteriza, suelen evolucionar hasta dejar incapacitada a la persona que la padece, de tal forma que no logran desarrollar sus actividades cotidianas, ya sea en lo laboral, académico, social o familiar, debiendo acudir a la consulta con un profesional especializado en la materia, siendo el tratamiento de elección para dichos cuadros, la terapia cognitivo-conductual, de tipo breve, y muy activa, tanto para el paciente como para el terapeuta, obteniendo resultados (reestablecer la vida normal del consultante) en pocos meses”, explica Martínez Castro. 

Trastornos de pánico y ansiedad social 

El trastorno de pánico se caracteriza por la aparición súbita e inesperada de una crisis, que alcanza su máxima intensidad a los 10 minutos y puede estar acompañada de diversos síntomas físicos y psíquicos.

El individuo comienza a modificar su vida, evitando permanecer solo, y dejando de lado sus tareas habituales, por temor a la aparición de una nueva crisis.  

La sintomatología más frecuente es: palpitaciones, temblores, sudoración, sensación de ahogo o de atragantamiento, inestabilidad, temor al desmayo, problemas gastrointestinales, terror a morir, enloquecer o descontrolarse. 

En el caso de la ansiedad social, el temor a ser evaluado negativamente, rechazado o burlado, son las características esenciales del cuadro, que también va acompañado de síntomas físicos como ruborización, intensa sudoración, taquicardia, y , en casos más extremos, podría llegar a desarrollar una crisis de pánico propiamente dicha. 

“Ambos cuadros se ven complicados y exacerbados si quien los padece habita en un lugar en el cual la vida social es escasa, como es caso de los barrios cerrados, sobretodo, dado que el antídoto contra dichas enfermedades consiste en afrontar justo aquello que se evita: salir de la casa, movilizarse en forma independiente, manejar, y establecer la mayor cantidad de vínculos sociales posibles”, agrega Martinez Castro. 

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