Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Recuerdos y anécdotas con humor

Que no perdonan ni a los santos

ADIVINO

Era plena siesta y había un sol que rajaba la tierra. Hasta las lagartijas habían
emigrado a un lugar mas fresco.
Un paisanito, gurí joven, estaba sin un quehacer debajo de un ombú, al costado
de ese camino de tierra. . . aburrido y con un dedo en la nariz.

De repente se escucha el ruido de un auto que viene a toda velocidad y aparece
en una curva del camino, entre una polvareda impresionante.

Cuando pasa frente al ombú a cuya sombra se encontraba el paisanito, agarra un
desnivel que había en el medio de la calle y pocos metros mas allá, entre
toses y sacudidas, se queda el auto.

El
hombre que manejaba desciende del vehículo y empieza a mirar el auto, rascándose
la cabeza, como hacen exactamente los que no entienden nada de mecánica. En una
de esas lo ve al criollito y lo llama medio de mala manera. Con una típica
"ternura porteña" :


¡ Che, pendejo ! ¡ Vení !. . . ¡ Vení carajo ! –

El gurí se acerca, despacio y cuando está cerca el tipo le dice :
– No se para qué te voy a preguntar a vos, si tenés cara de bruto, pero. . .
¿ No sabés si hay un mecánico cerca ? –
– . . .¿ Un mecánico. . . ? –  Responde el chico, en interrogante.
– ¡ Un mecánico, sí ! ¿ Qué te pregunté ? –
El paisanito se rasca la cabeza y piensa un instante :


. . .y. . . como a 15 leguas, capaz. . . –

El tipo se desespera, putea. . . :
– ¿ Q-u-i-n-c-e   l-e-g-u-a-s. . . ? ¿ Qué hago yo ahora ? –
El muchacho dice, de pronto :
– Señor. . . yo soy adivino. Si usté quiere, yo le puedo decir lo que tiene el
auto –
El tipo lo mira y vuelve a maltratarlo :
– ¿ Me estás cargando, pendejo ? ¿ Qué es eso de "adivinar" ? –
El gurí se da vuelta y empieza a caminar hacia el ombú, mientras le dice :
– . . .Güeno. . .si usté no quiere. . . –

El tipo piensa rápido : "mecánico a 15 leguas" . . ."es de
tardecita". . . y o llama:
– ¡ Vení, pibe, vení. . .adiviname que tiene el auto. . . –
El criollito le dice:
– Suba al auto y dele arranque. . . –
El tipo lo hace, pero el auto no arranca. No tose siquiera. ¡ Nada ! Se baja y
lo encara al chico :
– ¿ Y ? – El chico se sonríe y le dice con seguridad :
– Ahora ya adiviné lo que tiene su auto, señor. . . abra el capó y fíjese,
que hay un cable suelto. . . –
El hombre hace eso y ve efectivamente, que hay un cable desconectado. Es el de
la bobina.
– Ahora enchúfelo don. Ajuste el capuchón y dele arranque – dice el paisanito.

El tipo sube, y arranca el auto. En ese momento decide irse, y ni siquiera e
agradece a su "adivino". Pone en primera y empieza a acelerar, justo
en el momento en que el pibe se le tira encima de la ventanilla y le grita :
– ¡ Hey, espere don ! –
Frena y el chico mete la cabeza por la ventanilla y le dice:
– ¿ Vio que soy adivino ? Si quiere también le adivino la edad justita a usté.
Usté tiene 44 años. . . ! –

El tipo se sorprende mucho y le pregunta :
– Pero. . . ¿ Cómo adivinaste eso ? –
El gurí, con una amplia sonrisa, le contesta :
-Bueno. . . eso muy bien fácil, porque un hermano mío tiene 22 años, y es
"medio" boludo.

 Por
Agustín Gibert

Fuente
Termasalud

Santa
Teresa de Jesús 

Recuerdo,
años ha, que un monje benedictino de la Abadía del Niño Dios, ciudad de
Victoria, Entre Ríos, me contó dos anécdotas.
Viajaba Teresa con otra monja montadas en un burro que al cruzar un riacho
resbaló y las mandó al agua. Maltrechas al llegar a la orilla se le aparece el
Maestro y ella le
dice: – ¡Pero cómo Señor, estoy difundiendo tu evangelio y dejas que pase
esto! El Maestro habría respondido:
-Teresa, yo así prueba a mis amigos… Ligera, le replicó:
-Ahora me explico Señor, porqué tenéis tan pocos…

En otra oportunidad, en intimidad y en cuclillas como tenía el rosario a su
costado comenzó a rezar. Y se le apareció el Diablo, danzando y cantando:
-¡Lo que está haciendo y rezando…lo que está haciendo y rezando!
Y ella le contestó enérgica:
-¡¡¡ Cállate animal, que lo que sube es para Dios y que lo baja es para ti
!!!

Doy
fe de que me lo relató ese monje benedictino que llegó a Abad del monasterio
(los benedictinos son muy sencillos y naturales, en general)
(Lo que prueba que un santo triste es un triste santo, extensible a cualquier
persona…triste)

 Por
Maese Gregorio