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El Sida y los adolescentes

La educación escolar por si sola no pueden hacerlo todo. Aún quedan grandes obstáculos para lograr una buena educación sobre HIV. Algunas escuelas se rehúsan a discutir el tema de la homosexualidad y muchas ofrecen instrucción no adecuada sobre el uso del preservativo.

 

A pesar de que en tres cuartos del curriculum
educacional a nivel nacional se hace mención del condón, solamente el 9%
incluye información sobre el uso de estos.

Significativamente, los estudios
revelan que para que los jóvenes usen
condones, ellos no solamente deben creer
que el sexo con condón es placentero, sino que también deben confiar en su
propia habilidad técnica para usarlo con facilidad.

Un ejemplo claro está en la ciudad de Nueva York,
donde los jóvenes que huyen de sus hogares y residen en casas de refugio y que
recibieron sesiones de educación intensiva, entrenamiento de habilidades y
asesoría reportaron un incremento en el uso consistente del condón y una baja
en las
conductas sexuales de alto riesgo.

La vigilancia por parte de los padres de familia y
la conducta que los jóvenes se forman de sus amigos influyeron en la actividad
sexual. El comienzo a temprana edad y la predisposición a conductas sexuales,
deja entrever la necesidad tan urgente de intervenciones que influyan tanto en
los padres como en los hijos y en todos los ámbitos sociales.

Los jóvenes homosexuales y bisexuales muchas veces
se benefician del asesoramiento, de la educación impartida por miembros del
mismo grupo, y del aprendizaje de ciertas habilidades cuando se hacen en forma
individual.

Los jóvenes son el futuro de nuestra sociedad y
debe hacerse todo lo que esté en nuestras manos para poder salvar sus vidas.
Una estrategia completa en la prevención del SIDA utiliza muchos elementos para
proteger del HIV al mayor número de gente posible.

La educación con base en la escuela iniciada a
temprana edad y que se repite durante la adolescencia es un elemento crucial.

La
educación no solo deberá brindar información sobre la transmisión del virus,
sino que deberá incluir información sobre como usar el condón, la creación
de ciertas habilidades, y la actuación papeles que ayude a los adolescentes a
posponer el comienzo de la actividad sexual
y también ofrecer información
sensible acerca de la homosexualidad, el uso de las drogas y el alcohol.

La gente joven deberá recibir dos mensajes: uno
promoviendo la abstinencia y atrasar la actividad sexual, el otro advirtiéndoles
los peligros que traen las conductas de alto riesgo y enseñarles a protegerse a
si mismos.

Estos
mensajes no son contradictorios, pero complejos. Comprender el contexto de la
problemática y adaptarse a el supone un buen acercamiento de los padres a los
hijos y una menor predisposición al riego de contagio.