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Problema sexual 3: Eyaculación precoz

Aprende a reconocer la eyaculación precoz y las formas de normalizar la vida sexual de tu pareja

Eyaculación precoz

Él termina muy rápido

La eyaculación precoz se da cuando el orgasmo de un hombre se produce demasiado rápido como para permitirle a su compañera gozar.

Esto puede variar entre unos pocos segundos o cinco minutos de relación dependiendo de las personas involucradas.

Cerca del 30% de los hombres experimentan problemas de eyaculación precoz en algún momento de sus vidas, y gran parte de los mismos tienen eyaculaciones durante los dos primeros minutos de penetración.

Las causas pueden ser varias, desde costumbres adquiridas en la adolescencia mediante la masturbación —tener que terminar rápido antes de ser descubierto—, ansiedad en cuanto al rendimiento, falta de sexo con cierta regularidad, y juventud —mientras más joven se es, mayores son las probabilidades de que suceda—.

Desde luego se trata de un tema delicado, sobre todo para el hombre que siente que no ha cumplido con su función de hacerte llegar al orgasmo.

El hecho de que el 80% de las mujeres alcancen sus orgasmos a través de la lengua o los dedos de sus compañeros parece no tener efecto en la autoestima de los hombres.

En consecuencia, es por esto que debes dejar absolutamente en claro que estás feliz y contenta —aun cuando no sea tan así—. Cuando él sepa eso, se preocupará menos y logrará sacarse un gran peso de sus espaldas. 

¿Cómo actuar?

  • Una solución sencilla para ti es asumir el mando durante la penetración —adoptando la posición superior—.

    De esta forma, podrás controlar su nivel de excitación al tener los ojos puestos sobre él —literalmente—.

    Si él termina, espera a que termine la fase de resolución y ve en busca de una segunda erección. Mientras más frecuentes sean sus relaciones, más será el tiempo que él durará.

  • La técnica de la presión implica estimulación sexual hasta cuando el hombre reconozca que está a punto de eyacular; en ese momento, el hombre o su compañera aprieta suavemente el extremo del pene (donde el glande se une al cuerpo del pene) durante varios segundos interrumpiendo la estimulación sexual durante aproximadamente 30 segundos y reanudándola posteriormente.

    La persona o la pareja pueden repetir la secuencia hasta cuando se desee la eyaculación, permitiendo que la última vez la estimulación continúe hasta cuando se presente la eyaculación.

  • El método más nuevo, y posiblemente el más efectivo, sea la técnica del “pare y siga”.

    En primer lugar, él se masturba hasta tener una idea de lo que se siente inmediatamente antes del orgasmo, luego interrumpe la estimulación antes de que el orgasmo suceda.

    Debe hacerse esto cuatro veces —llegar al límite y detenerse— antes de permitirse eyacular.

    Prolonga este entrenamiento por varias semanas, has que él pueda determinar “el punto de no retorno”.

    Luego, será tiempo de que tú lo masturbes, y que él deberá decirte cuándo empezar y cuándo detenerte.

    El próximo paso es repetir el ejercicio inicial pero esta vez en tu interior.

    Una vez más, permítele excitarse, y luego deténganse, y luego vuelvan a empezar. Luego de tres o cuatro veces, permítele tener su orgasmo.

    El secreto de la técnica del “pare y siga” es concentrarse en el placer y en la sensación, en lugar de focalizar en el intento de evitar su eyaculación

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