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El fútbol adicto

Consejos de supervivencia para mujeres que viven con un adicto al fútbol

(del libro No le pidas peras al olmo, de Hilda Levy) 

Para este tipo de "OLMO", la copa más frondosa es "La Copa Intercontinental", y "tronco", el que no ataja el penal. De la floración, solo le interesa un "flor de golazo". El peor campo para desarrollarse, es en el "campo contrario". No le importa no crecer, mientras no vaya al descenso.  

Fiel al cuadro de sus amores , lo acompaña como local o visitante donde sea que aquel vaya. No vacila en pasar una noche a la intemperie, o gastarse lo ahorrado para la campera del nene, con tal de conseguir la entrada salvadora que no lo deje afuera de su cancha de pertenencia.  

Ubicado en el "templo", con devoción religiosa ,observa atento el partido y reza  por el éxito, a la vez que paralelamente escucha extasiado la transmisión, con la portátil.

Discute los fallos, insulta al referí, sufre, ríe, llora y grita junto a sus correligionarios.   

Terminado el partido, afónico, más desahogado que con la mejor sesión psicoanalítica,  apura su llegada al hogar, no para reunirse con su familia, sino para alcanzar a ver "en diferido" el mismo juego que acaba de ver "en directo".  

Este tipo de "olmo" futbolero, que recita de memoria cada jugada clave, la fecha , formación y performance de cada partido, el nombre de cada jugador– por mas extranjero e impronunciable que fuera, que detecta y advierte cada imperceptible alteración del  color de las camisetas. 

Ese tipo de olmo, jamás logrará recordar la fecha de su aniversario , ni se percatará si su mujer se corta y tiñe de verde el cabello, se coloca una argolla en la nariz y un tatuaje en la mejilla.

O si mientras está hipnotizado frente al televisor haciendo zapping entre el partido Katmandú-Filipinas y el de Bangalú-Mongolia, ella le confiesa que es lesbiana y que ha decidido abandonarlo para iniciar un retiro espiritual en Paquistán junto a la secta a la que desde hace cinco años pertenece. 

No le pidamos que cambie.

Él es feliz así. 

Del libro "NO LE PIDAS PERAS AL OLMO", de HILDA LEVY

En este libro, la autora se refiere a esos personajes que ella denomina "OLMOS" , origen de  muchas quejas y a los que es imposible pedirles que cambien.

En él explica el porqué de estos pedidos, los motivos por los los "olmos" no quieren o no pueden cambiar y por último ¿qué hacer con el "olmo"? 

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