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Anécdotas y Recuerdos de un Viaje a Cuba

Santiago de Cuba y Trinidad

Santuario de la Virgen del Cobre, Cementerio  Santa Ifigenia y Mausoleo a Martí

Temprano en la mañana salimos con destino al Santuario de la Virgen del Cobre, patrona de cuba. Dicho santuario esta ubicado en las afueras de Santiago, sobre la sierra. La ruta muy arbolada y la imagen de la  basílica en las alturas son impresionantes. Alrededor de este santuario, y en la falda de la sierra se instalo un pequeño poblado.

Una vez que llegamos, en el estacionamiento, la persona que nos atiende nos cuenta las leyendas sobre las minas de cobre en esas montañas, y nos regala un puñado de piedras con partículas del preciado metal. Según la creencia atraen las buenas ondas, el dinero, y se deben conservar en un recipiente con agua. Es costumbre regalar estas piedras a familiares y amigos.

Los devotos de la  virgen  llegan hasta este lugar para agradecer sus pedidos y suelen depositar en un altar  sus ofrendas. Vimos de todo, incluso equipos y medallas de varios atletas olímpicos.


Además de la religión católica impuesta por el colonialismo español, se practica también la religión Afro-Cubana heredada de los esclavos negros. Existe aquí también ese sincretismo entre las imágenes católicas y sus orishas. El silencio, la paz de este lugar, su imagen sobre la sierra y toda su geografía son una belleza.

Luego de conocer este lugar retornamos hacia la ciudad, para ver el mausoleo a su prócer José Martí  en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago.


Al  llegar estacionamos el auto a la entrada y de inmediato aparecieron unos chicos que nos pedían un boli o unas monedas. Les dimos unas monedas ya que no sabíamos que era un boli, luego aprendimos, era  un bolígrafo.

De inmediato salió un guardia del lugar con su uniforme verde oliva y nos dijo: “no le den nada, porque son unos vagos, no les gusta estudiar ni trabajar y se la pasan todo el día en la esquina”. Los muchachos al ver el guardia huyeron. Nos indico la entrada, y nos dijo que él cuidaba  nuestro carro.


Dentro del  cementerio funciona un grupo de guías que se encargan de enseñar el lugar. Una de esas guías nos acompaño durante todo el recorrido. Nos relato la historia del lugar y vimos donde descansan los restos de héroes como Martí,  los caídos en la toma del  Moncada y otros.

El mausoleo de Martí es una construcción fabulosa, se realizo tal cual como quería el prócer y poeta de Cuba. Un día  dijo algo así: “yo quiero morir de cara al sol, con la bandera cubana y que dos ríos bañen mis restos”. Es una construcción  con  forma de torre hexagonal de 23 metros de altura, rodeada de caminos y jardines.

Con escalinatas que permiten ascender hasta las arcadas que tiene a los lados, a modo de  balcón,  desde donde se puede observar su interior. En el centro y unos metros mas abajo la urna, construida en madera autóctona, sobre un pedestal, siempre con rosas en su base, y abrazada por  la  bandera cubana.


En las paredes externas esta tallada la historia y características de cada provincia.  El techo es abovedado y con vidrios, logrando mantener iluminada la urna mientras hay luz solar. Los rayos de sol  caen sobre la urna cumpliendo otro de los deseos.

El piso tiene desniveles que no se perciben, con unas aberturas pequeñas en las paredes, detrás y delante de la urna, al ras del piso. Los días de lluvia esas aberturas permiten  que entre el agua y corra  formando dos ríos alrededor de la urna. Simulando de esta manera  los ríos de que hablo Martí.

Acto seguido la pregunta, ¿no se inunda?, nos respondieron que no. Cuando termina la lluvia  solo basta con trapear el piso, y  en caso de ser necesario esas aberturas se pueden cerrar.


Los ingenieros y arquitectos  que construyeron esta magnifica obra, ganaron un concurso entre muchos postulantes de toda la isla y lograron con la tecnología cumplir los deseos de su prócer..


En las paredes que rodean la urna, en el interior del mausoleo, están los escudos de todos los países que donaron un puñado de su tierra  para depositar allí,  como símbolo y reconocimiento a la lucha de Martí.  Ahí aprendimos que fue cónsul honorario  de Uruguay en Estados Unidos, durante uno de sus largos exilios políticos.

El guardia que nos recibió en la puerta, cuando estábamos frente al  monumento a los caídos en la toma del Moncada, nos pregunta de que país éramos, al responderle Uruguay nos dice que hablemos con la guía, para indicarle que él nos autoriza ingresar al mausoleo. Hasta ahora lo observamos  desde la zona para visitas y  bajar donde se encuentra  la urna no esta permitido.

Solo lo hacen autoridades en fechas que se recuerda o se hacen homenajes al héroe, para depositar ofrendas florales. Bajar por esa escalinata, estar ahí  frente a toda esa historia, y al escudo de nuestro país, fue toda una  emoción.


Observamos todos esos monumentos, aprendimos de su  historia,  de Martí, los mártires del  Moncada, sus héroes de la independencia de España y también vimos una zona del cementerio donde se da sepultura  a las personas sin familia, y en una especie de altar en común siempre tienen una flor

Luego junto con nuestra guía nos sentamos en una especie de plaza, dentro del cementerio, y a la sombra de un gran árbol a charlar. El calor era agobiante pero la sombra de ese árbol generaba una frescura y un aroma a  frutos tropicales muy agradable. En el  cementerio no faltaba toda esa flora tropical  con palmeras, cafetos, higueras, etc.


La conversación se dio en forma muy amena y se tocaron numerosos temas. Era una mujer de estatura baja,  complexión fuerte, vestida de camisa azul, jeans y la pañoleta al cuello con los colores del 26 de julio, movimiento revolucionario que encabezo Fidel en la Sierra Maestra.

Estaba casada, tenia  una hija, y nos comentó que ella y su esposo ganaban cada uno 250 pesos cubanos (en esa época según el cambio, un dólar equivalía a 20 pesos cubanos), pero que con eso sobrevivían bien. Se cubrían todas las necesidades básicas,  vivienda, vestimenta, alimentación y educación. 

La educación es gratis a todo nivel, y gratis en el sentido de que no tienen que comprar ningún material de estudio, el sistema de educación se los provee. La educación primaria es de tiempo completo, tienen incluidas las comidas y se hace mucho hincapié también en la educación física.

Nos impactó ver en las escuelas y en todas las ciudades que visitamos enormes estadios y complejos deportivos. Razón ésta de sus avances en materia de deportes, que lo demuestran con la cantidad de medallas obtenidas en diferentes disciplinas a lo largo de los últimos años en olimpiadas y campeonatos mundiales.

En un momento de la charla nos paso a contar que cuando estaban asociados al bloque socialista de Europa del este y la  ex-URSS  no les faltaba nada. Tenían de todo, incluso TV color, equipo de audio, video, todas esas cosas que hoy son artículos de lujo y se volvieron inaccesibles.

Desde la caída del  bloque nos dijo literalmente: “estamos solitos“, y con la apertura que se está dando ahora esas cosas se venden  en los “chopin“, como pronuncian ellos, pero no pueden  pagar lo que vale un televisor. 

Nos comentaba que toda esa tecnología se debe usar en bien de la educación,  por lo que se destinan a los centros de estudio y casas de la cultura. Mediante la televisión  se dictan cursos a distancia.

Hablamos de muchas cosas, aprendimos que están muy informados de la situación política y social,  tanto del Uruguay  como de toda América Latina. Tienen una  educación y cultura muy americanista.


Le preguntamos que pensaba sobre la imagen que se ha creado de Cuba en el exterior,  debido a la prostitución, ejercida por las famosas jineteras  como llaman aquí a las prostitutas. Esta mujer nos decía que la causa de eso era el dólar, decía textualmente: “El dólar es como un gusano que pudre todo un cajón de manzanas”.

Los turistas europeos vienen con muchos dólares y esa  es una forma de conseguir los artículos de lujo que exige el consumismo. Nos preguntamos mutuamente ¿En los países ricos e industrializados, no existe la prostitución?.

Fue un intercambio de ideas muy bueno, cuando nos retirábamos nos dimos un abrazo e intentamos darle unos pocos dólares,  los que podíamos. Ella no los quería aceptar, decía:  que éramos trabajadores, que recibía un salario por realizar su trabajo y también que a nosotros nos costaba mucho ganar ese dinero para poder conocer su país.

Luego de un rato llegamos a un acuerdo. Le pedimos que no tomara ese dinero como una propina por el tiempo que nos dedico,  sino como una ayuda de compañeros, y  entonces acepto.  Emocionados  por el momento vivido y al despedirnos nos dijo: “les estoy muy agradecida, con este dinero voy a comprar ropa y zapatos para mi niña “.

Santiago de Cuba, una ciudad que te atrapa

Fueron cuatro días intensos recorriendo Santiago de Cuba. La ciudad, sus plazas y monumentos, la bahía  santiaguera con  el Castillo del Morro,  el Cuartel Moncada, la Granja Siboney, el  Santuario de la Virgen del Cobre, etc. Una ciudad situada entre montañas, con una historia y paisajes que atrapan. 

Lugares increíbles como el Parque de la Prehistoria, una gran extensión de terreno entre sierras  donde se recreo los orígenes y evolución de la vida. Diferentes especies de dinosaurios en tamaño real, recreados en  su habitad natural, además de la aparición y evolución del hombre. Dicen que también visitaron  este parque un grupo de personas del equipo de filmación de la película  Parque Jurasico.

Otro lugar impresionante que visitamos fue la playa Daiquiri. Una playa privada del Hotel Horizontes Hacienda del Indio. Como nos hospedábamos en un hotel de la misma cadena, teníamos derecho a utilizar sus instalaciones y por su puesto su playa,  sino se debe pagar entrada.  Es una playa muy pequeña, rodeada de montañas y tupida vegetación tropical. Como complemento y para el que no le agrade la  playa, porque tiene muchas rocas,  a la orilla del mar hay dos enormes piscinas.


El complejo esta formado por pequeñas cabañas de madera, entre la densa vegetación tropical, con pequeños caminos de piedras  que unen  las diferentes partes de la hacienda.  El toque de autóctono y salvaje lo daban las aves típicas y varios pavos reales paseándose libremente pos sus jardines.  Fueron momentos y una imagen de ese lugar imposible de olvidar. 

Entre la vegetación, frente al mar, con música típica, el trago que da su nombre a la playa y como broche de oro, el atardecer entre las montañas. Uno de esos  paisajes paradisíacos que tuvimos la suerte de disfrutar en esta isla grande del caribe.

Camino de Santiago a Trinidad

Partimos de  Santiago muy temprano en la mañana  con  rumbo a la cuidad de Trinidad, declarada Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad. La gente de Santiago nos recomendó una carretera provincial que une Santiago con los poblados de Bayamo, Las Tunas y luego por la Carretera Central hasta la ciudad de Camaguey. Este camino era el  de menor distancia.


La carretera central es una ruta que recorre la isla de punta a punta, también existe  la nueva autopista central, una  doble vía con varios carriles, pero sin terminar en el tramo Camaguey  Santiago. Todas las rutas y caminos hasta ahora recorridos estaban  bien, con su asfalto en buen estado y la poca señalización se  solucionaba  preguntando.

El principal problema de los cubanos en esos momentos era el combustible. El petróleo que se extrae en la provincia de Matanzas no es de buena calidad para producir naftas. Lo refinan solo para obtener el combustible para los generadores de energía eléctrica. Para el resto de los productos se importa petróleo desde México y también  ahora de Venezuela.


Existe una locomoción escasa, se suele ver en las rutas gente haciendo dedo y  esperando el transporte colectivo, camiones que acondicionaron para este fin. En las ciudades hay ómnibus y  camionetas,  las guaguas como los llaman, y también diferentes tipos de taxis.

En la agencia de alquiler de autos nos recomendaron no manejar en la noche, ya que los turistas no conocen bien  las rutas, y muchas veces podíamos encontrar ganado suelto cerca o en la propia ruta. También siempre aconsejan no llevar a nadie,  lo que muchas veces  no cumplimos, era una  forma  de hablar con la gente e intercambiar culturas.


Lo que sí comprobamos fue aquella frase de Fidel, que decía: “una vez que triunfe  la revolución, vamos a cambiar los fusiles por tractores”. Esto se cumplió al pie de la letra, es un medio no solo usado para la agricultura, sino también para el transporte y en las rutas se ven  muchos, principalmente en las cercanías de las ciudades.

Charla con la Ingeniera  Agrónoma

Al  salir de Bayamo vimos al costado del camino una señora con una bebe en brazos, bajo el ardiente sol y la llevamos. Necesitaba llegar hasta unos kilómetros antes del pueblo Las Tunas para visitar a su padre.

De inmediato entablamos conversación, paso a contarnos que ella y su esposo eran Ingenieros Agrónomos, pero ella ahora no ejercía su profesión porque estaba con licencia maternal.  Su esposo se había especializado en estudios genéticos del arroz, lo que le había permitido viajar al exterior, a lugares como México, Brasil, y la ex URSS.

Al ver que viajábamos con un niño se toco el tema seguridad. Nos decía que su esposo le contaba las experiencias vividas en esos países que visito por  trabajo o estudio. Sus relatos sobre la pobreza, la  violencia y la delincuencia, la dejaban impactada.

Nos explicó con voz firme y segura, que en Cuba no existe la delincuencia que vemos  en otros países, y la razón nos dijo: “porque aquí todos tenemos lo mismo, y el que hace algo malo lo paga muy caro”. Nos coment´p también que tenia otro niño de 7 años, y  que salía a las 7:30 todos los días de clase a la ruta para tomar el transporte y  viajar 15 kilómetros hasta la escuela. Que lo hacía solo y que nunca hubo ningún problema.

En la escuela se llevaba un control estricto de la asistencia a clase. Si un niño faltaba  sin una justificación, de inmediato se daba aviso a los padres. Al tercer aviso se citaba y sancionaba a los padres por no preocuparse por la educación de sus hijos. Cuando llegamos a su destino nos indico el resto del camino y nos despedimos.


Nos llamó la atención en muchas de las rutas que transitamos, ver al costado desde el borde mismo del asfalto, campos totalmente cultivados con diferentes hortalizas, arroz, etc.,  además de la caña de azúcar que es su principal rubro. La mayoría de esos campos no estaban  alambrados, y los que si lo estaban, eran campos dedicados a la cría de ganado.

Atardecer  en la Península de Ancón, Trinidad

Partimos a la 7 de la mañana de Santiago, realizamos una parada de unas dos horas para recorrer y visitar la ciudad de Camaguey, conocida como “la ciudad de los tinajones”. Estos enormes recipientes de cerámica que hoy decoran  sus plazas, se utilizaban en la antigüedad  para almacenar diferentes productos como aceites,  granos, etc.

Con un guía local y en un bici-taxi recorrimos los principales puntos de la ciudad, para terminar en un típico mercado. Lo podríamos comparar con una de nuestras ferias, pero se realizaba en un predio cercado.

Aquí es donde los habitantes locales compraban los productos para consumo  diario: frutas verduras, carnes etc. Solo se podía pagar con moneda cubana, por lo que para poder almorzar  unas típicas hamburguesas de cerdo, le cambiamos dinero a nuestro guía. Calculábamos los precios según el cambio, y comparábamos con nuestros precios, resultaban  ser muy accesibles.


Otra parada fue para visitar el Ingenio Azucarero Manaca-Iznaga, muy cerca de Trinidad, un  ingenio que lo conservaron como museo. Se puede subir a su torre de 45 metros de altura, desde donde se controlaba el trabajo de los esclavos en épocas de la colonia, ver la maquinaria para procesar la caña, las vías del tren, el que pasaba por dentro de los ingenios para transportar la caña, y una feria en la cual mujeres locales venden sus artesanías


Llegamos  a nuestro destino, la península de Ancón a 15 kilómetros de Trinidad, cerca de las 18 y 30 horas mas o menos. Después de viajar muchas horas, mientras nos registrarnos en el hotel  Ancón, al ver la playa nos invadió a los tres el mismo pensamiento, “subimos a la habitación,  dejamos las maletas, preparamos el mate y bajamos de inmediato a la playa”. Esta playa llamada también Ancón esta catalogada como la mejor de la costa sur de Cuba.

El sol ya estaba ocultándose, salimos del hotel, la playa queda detrás, disfrutamos de esa agua transparente y del sol hasta que se fue el ultimo rayo de luz.


Lo anecdótico fue ver a  los turistas  europeos  alrededor de  las 19 horas ya con sus  atuendos de noche, paseando por el hotel  o esperando que habilitaran el salón comedor para cenar. Nosotros tres,  sentados bajos los clásicos techitos de hoja de palma, disfrutando de la puesta del sol y del mate.

Centro Histórico de Trinidad

Al  día  siguiente luego de desayunar fuimos a la playa, Gonzalo solo quería “al agua” como pronunciaba en ese momento, caminó y corrió por la playa y el muelle. Luego Beatriz provista de: máscara, cámara de fotos sumergible, y a unos pocos metros de la orilla  apreciaba  la  belleza de ese mundo submarino, con peces aguja, lenguados de fondo y estrellas de mar.

Mas tarde  salimos con destino Trinidad, a recorrer su centro histórico. Al llegar se debe dejar el auto en un estacionamiento, no permiten el ingreso de ningún tipo de vehículo para proteger sus calles empedradas y construcciones. Como se la declaro Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la UNESCO muchas de sus construcciones  estaban en etapa de restauración y cerradas a los visitantes, caso de la catedral y el museo romántico.

Visitamos la Casa Padrón,  sede del  Museo de la Arquitectura y nos mezclamos con un grupo de turistas italianos. El guía del museo explicaba en español y otra persona les traducía.  En  esta  casa se muestra toda la evolución de la arquitectura en Trinidad, restos de materiales originales y la  propia estructura de la casa  es una reliquia de los años dorados de la dominación  española

Luego pasamos por una enorme feria artesanal que se arma entre esas callecitas de adoquines Se puede ver de todo, instrumentos musicales, mantelería, vestimenta, todo construido y decorado a mano por los artesanos.

Nos llamó la atención alrededor del mediodía, ver como  desde una casa sin ningún tipo de identificación particular,  salían y entraban algunas personas,  las que repartían  viandas con el almuerzo a los artesanos que atendían los puestos.


Otra cosa muy interesante, fue ver en uno de los edificios históricos, en sus ventanas y rejas, como los niños locales habían construido y colgado  cometas que tenían mensajes para Elian. En esa época toda la sociedad cubana estaba viviendo las diferentes etapas del  caso de este niño cubano.

En  todo lugar se hablaba, discutía y opinaba sobre este tema.  En cada ciudad que visitamos vimos carteles y  pasacalles en los que se reclamaba la liberación del niño.

Por William Nicolari

Continúa

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